La Navidad deja siempre una estela de mesas largas, conversaciones eternas y, casi sin darnos cuenta, una cantidad considerable de sobras que forman parte inevitable de la fiesta. En Catalunya, donde la escudella i carn d’olla es mucho más que un plato y se convierte en un auténtico ritual familiar, el día después suele plantear la misma pregunta: ¿qué hacemos con toda esa verdura cocida llena de sabor? La respuesta llega desde la cocina de aprovechamiento, esa que no busca likes ni perfección estética, pero que guarda la memoria, el afecto y el gusto más auténtico. El trinxat de carn d’olla es precisamente eso: una receta humilde, directa y profundamente emocional.
Así se prepara el "trinxat de carn d'olla"
La cuenta de Instagram @cuinetes_i_cosetes lo explica desde el recuerdo y la ternura, reivindicando aquella cuina d’abans donde nada se tiraba y todo tenía sentido. Puede que visualmente no sea el plato más vistoso del mundo digital, pero cada cucharada conecta con la infancia, con la imagen de una madre sonriendo y preguntando si está bueno, aunque el nombre familiar, bautizado con humor como “merda d’oca”, diga lo contrario. Este plato demuestra que el sabor no entiende de apariencias y que, cuando llegan días de excesos navideños, no hay nada más reconfortante que volver a lo sencillo, a lo auténtico y a lo bien hecho.
Ingredientes para el trinxat de carn d’olla:
- Toda la verdura sobrante de la escudella, bien escurrida
- Aceite de oliva, el necesario para la cocción
- Opcionalmente, pilota sobrante para acompañar o marcar a la plancha
Preparación de este ritual:
La preparación del trinxat es tan sencilla como satisfactoria, y ahí reside gran parte de su encanto. En una cassola o una paella amplia, se añade un buen chorro de aceite de oliva y se incorporan todas las verduras sobrantes de la escudella. A medida que empiezan a calentarse, llega el momento más importante: con un tenedor o un prensador de patatas, se van aplastando poco a poco hasta conseguir una textura fina y homogénea. No hay prisa, porque este plato pide paciencia y mimo.

Este plato se hace sin prisa, con paciencia y mimo
En muchas casas, como explican desde @cuinetes_i_cosetes, el secreto está en dejar que la verdura se agarre ligeramente a la base de la paella. Ese pequeño tostado aporta un sabor más profundo, más intenso y absolutamente irresistible. Se remueve, se gira y se observa hasta que el trinxat alcanza el punto deseado, ni demasiado seco ni excesivamente húmedo. Cuando está listo, se puede presentar de forma alargada, casi como un canelón largo, tal y como se hacía tradicionalmente.
Para completar el plato, una pilota a la plancha es el acompañamiento perfecto, aportando contraste y convirtiendo este reaprovechamiento en una comida redonda, reconfortante y llena de sentido. Porque el trinxat de carn d’olla no es solo una receta: es una forma de entender la cocina, la familia y la Navidad.