La protesta del sector agrícola avanza de forma inapelable hacia Barcelona. Ya son 24 horas de reivindicaciones de que han supuesto graves interrupciones y varios tramos cortados a punta y punta de la AP-7. También están cortadas la N-II en Girona, la AP-2 y la N-240 en Montblanc, así como algunas de las principales vías de la Catalunya Central, como la C-16, la C-17 y la C-25 o Eje Transversal. En el punto de la autovía A-2 entre Fondarella y El Palau d'Anglesola se han recogido unas imágenes curiosas y peculiares sobre los manifestantes.

🔴 Huelga de agricultores en Barcelona y Catalunya, DIRECTO | Carreteras cortadas por las protestas
 

Era la hora de comer y los campesinos se tenían que organizar para cocinar todo tipo de platos. Uno de los grupos ha cocinado una cazuela de trozo para 200 personas. También se han comido calçots, otros han hecho una paella y algunos han cocinado una calderada de pescado. Todo entre los tractores que ocupan los cuatro carriles de la autovía en este punto donde también se han desplegado mesas para comer, sofás para descansar y equipos de sonido para escuchar música y estar distraídos. Una comida popular con un tono menos distendido de la tónica de la jornada de este martes 6 de febrero, pero igualmente con el ambiente inquietante, ya que era el preludio de las asambleas que tenían que decidir la continuidad de las protestas.

Corte|Trozo campesinos Girona / ACN
El avituallamiento de los campesinos para soportar la noche en Girona / Foto: ACN

"A las cuatro de la mañana, estábamos en la granja, para poder estar a las seis en la carretera. La noche será larga, fría y larga. El reposo del guerrero". Eso proclamaba a los cuatro vientos el usuario @lo_tractor_rosa en la plataforma X, el defenestrado Twitter. Muchos mensajes de apoyo, avalancha de reacciones positivas, pero también críticas de algunos ciudadanos por los bloqueos en las carreteras. "Hoy estaremos a las puertas de la capital, de nuestra capital. Provocaremos un poco de alboroto, pero solo venimos a pedir sentido común. Una sociedad que pierde a los que le hacen la comida se convierte en un gigante con pies de barro. Se acaba el tiempo, y se acaban los campesinos".

"Solo venimos a pedir sentido común. Una sociedad que pierde a los que le hacen la comida se convierte en un gigante con pies de barro. Se acaba el tiempo, y se acaban los campesinos"

Y más allá de fuego a las brasas y en las carreteras, calçotades y calderadas, en anécdota y segundo plano queda todo eso. Lo importante es trasladar este asunto a la agenda política, tal y como reclama el responsable de Organització de Unió de Pagesos, Carles Vicente, que ha recordado en diferentes entrevistas que las demandas y exigencias están encima de la mesa del president de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonès.

Comida campesinos EN 2 Fondarella / ACN
La comida de campesinos en la A-2,a Fondarella / Foto: ACN

Raquel Serrat, responsable de Mujeres y miembro de la Comisión Permanente Nacional de Unió de Pagesos, considera que es muy fácil criminalizar en el sector: "Somos parte de la solución, no los culpables de todo", ha denunciado en el Café d'Idees. Señala los precios justos como uno de los reclamos endémicos del sector, pide "sentido común" a las restricciones agroambientales de la normativa europea y apunta la "competencia desleal" que sufren. Destaca la fuerza de los consumidores: "Cuando vamos a comprar estamos haciendo política". Y señala las cadenas de supermercados que peor pagan a los campesinos y ganaderos: "Es la gran distribución quien puede acabar con el campesinado de pequeñas y medianas empresas", concluye.

Más allá de manifestaciones y protestas, no tendríamos que llegar nunca a este punto de tensar tanto la cuerda para escuchar a nuestra gente. Porque los campesinos son el pueblo: lo cuidan, lo tratan con afecto y lo alimentan. Siempre decimos que cuidemos de la famosa marca del kilómetro 0 y de comprar de proximidad, pero donde todo este camino empieza es en el campo, en los huertos, en los cultivos de los campesinos catalanes. Y si los perdemos, si nos quedamos sin ellos, corremos un riesgo altamente preocupante de perder nuestra esencia y nuestro producto catalán.