Olvidarse de rellenar la cubitera o de comprar bolsas de hielo en el supermercado ya no será un problema gracias a un truco ingenioso, rápido y muy práctico que se ha vuelto viral en redes sociales. La cuenta de Instagram @myrealfood_app ha compartido una forma diferente de tener siempre hielo listo en el congelador, sin necesidad de moldes especiales ni de gastar dinero extra. La idea es tan sencilla como efectiva: en lugar de hacer los clásicos cubitos, se utiliza una bolsa de congelación llena de agua que, tras un proceso muy simple, se transforma en una reserva de hielo que puedes usar en cualquier momento. Este método no solo es más fácil, sino que además evita el desorden y las salpicaduras que muchas veces acompañan al rellenar cubiteras.
El truco para tener siempre hielo listo en el congelador
El proceso comienza llenando una bolsa de congelador resistente con agua del grifo, sin necesidad de medir cantidades exactas, aunque dejando un pequeño margen para que el líquido pueda expandirse al solidificarse. Una vez cerrada herméticamente, se introduce en el congelador hasta que se forme un bloque sólido de hielo. El formato plano de la bolsa facilita que se coloque en cualquier rincón del congelador, ocupando menos espacio que una bandeja llena de cubiteras. Esta forma de almacenamiento inteligente permite preparar una gran cantidad de hielo de una sola vez, evitando tener que reponerlo constantemente.
Cuando llega el momento de usarlo, la magia está en la forma de romper el bloque. No se necesitan herramientas especiales ni cuchillos peligrosos. Basta con sacar la bolsa congelada, envolverla en un paño de cocina para proteger las manos y, con una botella o un objeto similar, golpear suavemente hasta que el hielo se fragmenta en trozos más pequeños. En cuestión de segundos tendrás hielo del tamaño perfecto para enfriar bebidas, preparar cócteles o incluso conservar alimentos frescos en un picnic.
Con este método tu hielo podrá colocarse en cualquier parte del congelador
Uno de los puntos fuertes de este truco es que imita perfectamente el resultado que obtendríamos con cubitos tradicionales, pero sin pasar por el proceso de llenar, transportar y equilibrar una cubitera en el congelador. Además, al romper el bloque, los trozos no tienen por qué ser uniformes, lo que aporta un aspecto más rústico y natural al servirlos. Incluso puedes controlar el tamaño de los fragmentos dependiendo de la fuerza con la que golpees, adaptándolos a cada necesidad.

Este método demuestra que a veces la simplicidad supera a las soluciones convencionales. Con una bolsa, un poco de agua y el espacio del congelador, puedes asegurarte de tener hielo listo en cualquier momento, sin interrupciones ni imprevistos. Ya sea para un refresco rápido en una tarde calurosa o para una reunión improvisada, este sistema es una alternativa práctica, económica y efectiva que merece un lugar en la rutina de cualquier amante de las bebidas bien frías.