La producción de cerveza artesana ha ido en aumento los últimos años gracias a la moda de producir en obradores locales y con cereales de proximidad. El lúpulo es uno de los ingredientes principales de la cerveza y el encargado de darle la amargura característica, pero este cereal está perdiendo calidad por culpa del aumento global de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones. Un estudio realizado por investigadores checos ha aportado datos científicos sobre la incidencia del cambio climático en la calidad, y la cantidad, de la producción de cerveza en Europa.
Menos calidad del lúpulo
Un grupo de investigadores checos ha publicado un estudio en la revista Nature Communications con unos resultados alarmantes sobre el futuro de la producción cervecera en Europa y en el resto del mundo. El estudio concluye que el ácido alfa, un componente presente en las plantas de lúpulo y el encargado de proporcionar amargura a la cerveza, ha disminuido en las plantaciones de las zonas estudiadas: Alemania, República Checa y Eslovenia. Estos datos se han cruzado con proyecciones de futuro sobre la evolución del cambio climático y las previsiones son alarmantes: se calcula que el año 2050 la amargura de la cerveza se podría reducir entre un 20 y un 30% a causa de la menor concentración de ácido alfa en las plantas de lúpulo.
Las causas de la caída en la calidad del cereal son el aumento progresivo de las temperaturas medias y la irregularidad de las precipitaciones, especialmente en climas mediterráneos como el de Cataluña. El aumento en la duración y la intensidad de las sequías, sumado a la intensidad de las precipitaciones irregulares, hacen que las cosechas de cereal cada vez cuesten más de tirar adelante. Eso puede provocar peores cosechas, una menor producción de cerveza y un precio más alto del producto final.

La amargura de la cerveza se podría reducir entre un 20 y un 30% a causa de la menor concentración de ácido alfa en las plantas de lúpulo
Un problema local
El cultivo de lúpulo en Cataluña es muy minoritario, sobre todo si lo comparamos con otros cultivos tradicionales como el trigo, el maíz o la cebada. Pero a pesar de haber pocas hectáreas cultivadas, en Cataluña se produce lúpulo. Según datos del año 2021, en Cataluña hay 25 ha de cultivos de lúpulo, que comparadas con las 150.000 de cebada o las 37.000 de maíz, suponen un porcentaje ínfimo de la producción total de cereales. Pero la previsión es llegar a más del doble de hectáreas de lúpulo cultivadas durante los próximos años, una tendencia al alza que se ve amenazada por las consecuencias del cambio climático. La sierra de Prades es uno de los lugares donde se concentra la mayor parte de la producción catalana de lúpulo gracias a sus condiciones climáticas, con una gran diferencia entre las temperaturas bajas de la noche y las temperaturas altas durante el día.
Si la cerveza artesana ya es más cara que la industrial a causa del menor volumen de producción de los obradores, la disminución en la calidad de lúpulo y la bajada en la cantidad de las cosechas de cereal pueden acabar derivando en un aumento todavía más alto del precio de la cerveza. Eso se traduciría en mayores dificultades para los obradores locales y en una situación peligrosa para los pequeños productores, que lo tendrían más complicado para competir con las grandes empresas cerveceras. Un problema local provocado por el cambio climático, del que hace falta ser consciente antes no sea demasiado tarde.