En los años ochenta, una auténtica revolución llegó a los congeladores españoles. Nombres como Frigopie, Calippo, Drácula, Twister o Frigodedo pasaron a formar parte del imaginario colectivo de generaciones enteras. Detrás de muchos de estos éxitos estaba Joan Viñallonga, un desarrollador de producto clave en la empresa Frigo, que dedicó su vida profesional al mundo de los helados. Cada uno de estos productos supuso no solo un impacto comercial, sino también un reto técnico considerable, especialmente cuando comenzaron a introducirse ingredientes poco habituales en aquel momento, como la cobertura de chocolate.

El problema que casi hizo fracasar al Magnum

Uno de los casos más emblemáticos fue el del helado Frac, considerado el antecesor directo del Magnum, hoy un clásico internacional. A simple vista, el Frac parecía un producto sencillo: helado de nata recubierto de chocolate. Sin embargo, su desarrollo fue uno de los más complejos a los que se enfrentó el equipo de Frigo. El principal obstáculo técnico surgió con el ingrediente estrella: el chocolate exterior. Como ha relatado Viñallonga en una entrevista reciente con el divulgador Miguel A. Lurueña, conocido en redes como Gominolas de Petróleo, pasaron días sin conseguir que el chocolate se adhiriera correctamente al helado.

Helados Magnum / Foto: Freepik
Helados Magnum / Foto: Freepik

El problema, aparentemente trivial, tenía su explicación en la propia naturaleza del producto. Las fábricas de chocolate, como explica Viñallonga, “odian el agua y la humedad”, mientras que el helado, por definición, contiene mucha agua. Esto hacía muy complicado lograr una cobertura uniforme y estable. Ante la imposibilidad de avanzar, Viñallonga decidió tomar una decisión arriesgada que, en aquel momento, iba contra las normas internas de la empresa.

El problema tenía su explicación en la propia naturaleza del producto

Lo que hizo fue contactar directamente con el proveedor de chocolate y, de manera informal, lo invitó a visitar la fábrica para observar de cerca el proceso. Aquello estaba estrictamente prohibido: ningún agente externo podía acceder a las instalaciones de Frigo. Aun así, a primera hora de la mañana, encendieron la maquinaria frente al técnico del proveedor y, al ver el proceso, la causa del fallo quedó clara al instante.

Helados Magnum clásicos / Foto: Unsplash
Helados Magnum clásicos / Foto: Freepik

Según recuerda Viñallonga, el equipo estaba empeñado en usar una capa de chocolate lo más fina posible, con partículas extremadamente pequeñas. Pero lo que necesitaban, precisamente, eran micras un poco mayores, que pudieran adherirse a las diminutas burbujas de aire del helado. Aquel pequeño ajuste fue clave para que el proyecto saliera adelante. Gracias a ese “desliz” con final feliz, hoy el Frac y su heredero, el Magnum, siguen siendo productos estrella. No es de extrañar que Viñallonga confiese que el Frac es, de todos los helados que ayudó a crear, el que más cariño le despierta.