El mítico local Sants Es Crema (C/ Condes de Bell-lloc, 118) baja la persiana después de seis años en funcionamiento en el barrio de Sants. El establecimiento, regentado por el chef Jordi Bernús, ha anunciado la decisión a través de las redes sociales y argumenta que cierran el local por "falta de motivación".

Un local icónico

Sants Es Crema es uno de los establecimientos adscritos dentro la DO Sants, una 'Denominación de Origen' que sirve a diferentes locales del bario de Sants para sumar esfuerzos e impulsar su proyecto gastronómico en la ciudad. Una 'DO' que ahora quedará coja con el cierre del restaurante de bocadillos Sants . El próximo 9 de marzo, el local bajará la persiana definitivamente.

En declaraciones en Betevé, los responsables del negocio han explicado que, además de la falta de motivación, la "reducción del margen de los beneficios" es un motivo de peso que los ha impulsado a tomar la decisión. El aumento de costes y la ajustada ventana de beneficio para mantener el negocio han precipitado el cierre.

Diferentes locales regentados por personas con pasión por un oficio complicado, que a veces -demasiado a menudo- nos da noticias de cierres

Si queréis ir, todavía estais a tiempo de probar los fantásticos bocadillos que hacen. Hace seis años empezaron sirviendo menús, pero con el tiempo se han acabado convirtiendo en uno de los locales de referencia para los amantes de los buenos bocadillos.

Un grupo de irreductibles

Además de Sants Es Crema, la DO Sants incluye otros locales míticos del barrio como la Bodega Montferry o Terra de Escudella. Locales auténticos, con buen producto y un trato real y cercano. Lugares donde disfrutar de un buen desayuno, de un menú de mediodía o de una copa de vino con los amigos una vez terminas del trabajo. Diferentes locales regentados por personas con pasión por un oficio complicado, que a veces -demasiado a menudo- nos da noticias de cierres.

Restaurantes que merecen tener la sala llena sin tener que anunciar ningún cierre

Negocios pequeños, con un esfuerzo y un sacrificio detrás invisibles, que a menudo navegan con el agua en el cuello. Restaurantes que merecen tener la sala llena sin tener que anunciar ningún cierre. Una situación, la de la pequeña restauración, que es de lo más complicada y en la cual a menudo es imposible sobrevivir.