El desagüe es la parte del fregadero donde van a parar todos los restos de comida, y su mal funcionamiento puede generar malos olores o, en el peor de los casos, una inundación. Por eso, hay que limpiarlo si vemos que no chupa bien el agua. Si ves que el agua gira más tiempo del que es normal, es probable que haya un problema, pero no hay que llamar al fontanero. Hay soluciones caseras sorprendentemente efectivas que la mayoría desconocemos. A partir de un sencillo video que ha hecho furor en las redes, hemos descubierto un truco fácil y económico para limpiar el desagüe sin necesidad de trucar nadie. El video en cuestión empieza con una pregunta que casi parece un reto y te sorprende con una manera de arreglar este problema sin usar herramientas especiales.

🧹 Ni lejía ni vinagre: este es el truco definitivo para limpiar la fregona


Cómo limpiar el desagüe: paso a paso

Lo primero que enseña la protagonista de este vídeo es que no hay que tener miedo del sistema: solo hay que desenroscar una pieza metálica que es visible a simple vista. Lo hace con guantes, por si alguien tiene manías, y enseguida saca el tapón y la rosqueta que lo encaja. Entonces muestra el interior lleno de residuos y afirma, con razón, que te sorprenderá la cantidad de suciedad acumulada en este rincón. En lugar de coger productos químicos, pone una cucharada de bicarbonato de sodio en la boca del desagüe. Este ingrediente, conocido por sus propiedades limpiadoras, es el héroe silencioso de la fórmula.

Sin esperar ni un momento, añade un chorrito generoso de vinagre blanco. Deja que esta mezcla actúe durante una hora. Hay que tener paciencia, porque este tiempo es clave para deshacer la grasa y la suciedad. Después de este reposo, la tercera pieza del puzzle: agua hirviendo. Hay que verter una olla de agua muy caliente por el desagüe, cosa que ayuda a arrastrar todo lo que se ha desincrustado durante la espera.

Vale la pena aprovechar la ocasión para limpiar las partes desmontadas. Con un cepillo cualquiera (puede ser un cepillo de dientes que ya no utilices) lava el tapón y la rosqueta, retirando la suciedad enganchada. Esta es la parte un poco menos glamurosa del proceso, pero resulta muy satisfactoria. De paso, puedes aprovechar para pasar el cepillo por el interior del conducto y eliminar cualquier resto que haya quedado suelto. Una vez todo esté limpio, enjuágalo bajo el grifo y vuelve a enroscar las piezas. 

Cuando todo está en su lugar, la protagonista presume orgullosa de que ha quedado "como nuevo". La sensación de ver el metal reluciente y el desagüe sin restos es casi terapéutica.

¿Por qué funciona?

La combinación de bicarbonato y vinagre no es mágica (es química): el bicarbonato es una base que ayuda a deshacer las grasas, mientras que el vinagre, ácido, desinfecta y neutraliza malos olores. La reacción entre ellos libera burbujas que ayudan a desenganchar la suciedad de las superficies. El agua caliente, a su vez, actúa como un colector que arrastra todo aquello que ha quedado suelto, dejando el desagüe limpio por dentro. Este método, además, es ecológico y barato; solo hacen falta tres ingredientes que todos tenemos en casa: bicarbonato, vinagre blanco y agua muy caliente.

Algunos consejos adicionales:

  • Utiliza vinagre blanco como limpieza; es más económico y no deja olor fuerte.
  • No te olvides de los guantes: por mucho que los productos sean naturales, la suciedad acumulada puede ser desagradable de manipular.
  • Si el desagüe tiene partes de goma, revísalas y límpialas bien; a menudo está allí donde se concentra el residuo.
  • Repetir el procedimiento cada tres o cuatro meses puede evitar que se acumule demasiada suciedad y prevenir malos olores.

La próxima vez que el agua no filtre bien o huela, quizás recordarás este vídeo y, con bicarbonato, vinagre y agua caliente, conseguirás que tu desagüe luzca como el primer día.