Si hay un elemento indispensable en la mayoría de las cocinas, este es el papel de aluminio. Aunque no conviene abusar de él por sus efectos medioambientales, casi todos los hogares tienen un rollo dentro de su despensa, para cuándo lo necesitan para envolver algunos productos o para cocer alimentos al horno. A La Gandula, sin embargo, te explicamos otra utilidad del papel de aluminio, que implica colocarlo dentro del congelador en forma de bola y que seguro que te hará la vida más fácil cuando llega el turno de hacer una de las tareas de casa más detestada: limpiar y sacar el hielo acumulado de un congelador. ¡Sigue leyendo este artículo si quieres saber su utilidad!
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Es un gesto muy sencillo, pero con grandes beneficios para la economía de las familias, ya que supone una reducción del consumo de electricidad y también para descongelar el frigorífico, una tarea que se tiene que hacer a menudo para garantizar la buena actuación del electrodoméstico, pero que se puede llegar a complicar y que a menudo retrasamos. Para conseguirlo hay que hacer bolas con el papel de aluminio que tengamos por casa o incluso forrar las paredes del congelador, las dos opciones funcionan. Una vez dado el primer paso, se pueden volver a guardar los alimentos al congelador. En época de verano este suele tener más trabajo que nunca para guardar los helados o polos de frutas e incluso para hacer que el agua esté más fresca. Ya te puedes desentender hasta que no te toque hacer limpieza, cuando tendrás que retirar el papel con la capa de hielo que se habrá formado encima. ¡En un momento el congelador estará listo!
Menos gasto
Seguramente ya te hemos convencido para que pongas en práctica este truco de que muy seguro te hará la vida más fácil cuando te toque terminar el congelador. Ahora bien, si no tienes suficiente, también hay un motivo económico e incluso ecológico. Cuanto más hielo se acumula, más tiene que trabajar el electrodoméstico para mantener la temperatura y que los alimentos continúen bien refrigerados. Por lo tanto, se necesita mucho más consumo eléctrico, que se traduce a su vez en un aumento de la factura de la luz, que durante los meses de verano ya acostumbra a ser más alta por el uso, por ejemplo, del aire acondicionado o los ventiladores para hacer frente a las olas de calor. Más consumo eléctrico, quiere decir también más riesgo de averías. Ya lo sabes, pone unas cuantas bolas de papel de aluminio o forra el congelador y todo serán ventajas.