En los últimos meses, el cometa 3I/ATLAS (C/2025 N1) ha captado la atención de astrónomos, curiosos y medios de todo el mundo. Su origen interestelar, su extraña composición y algunos titulares alarmistas han convertido su paso por el Sistema Solar en uno de los eventos astronómicos más comentados del año. En este contexto, el físico y divulgador Javier Santaolalla ha publicado un vídeo que muchos esperaban: una guía para entender qué está pasando con el cometa 3I/ATLAS (C/2025 N1), sin titulares alarmistas ni teorías locas. El vídeo se estrenó el 28 de octubre de 2025, justo un día antes de un momento crucial: el perihelio, es decir, el punto en el que el cometa pasa más cerca del Sol. En el vídeo da respuesta a grandes preguntas como si realmente la NASA ha activado un “protocolo de defensa planetaria” porque podría chocar contra la Tierra o si, como dicen algunos medios, podría tratarse de una nave extraterrestre.

¿Qué es realmente 3I/ATLAS?

3I/ATLAS es lo que se llama un objeto interestelar, es decir, no nació en nuestro Sistema Solar. Viene de otra estrella, de otro rincón de la galaxia, y su trayectoria indica que solo está de paso. Los astrónomos lo saben porque sigue una órbita hiperbólica, una curva abierta que no se cierra alrededor del Sol, sino que lo rodea y se marcha para siempre. En otras palabras: viene, saluda y se va.

Como buen cometa, está formado por hielo, polvo y roca. Cuando se acerca al Sol, el calor hace que esos hielos se evaporen y liberen gases y partículas, creando una especie de atmósfera brillante llamada coma, y una cola que apunta en dirección contraria al Sol. Su tamaño no está del todo claro: se calcula que mide entre unos pocos cientos de metros y varios kilómetros. Y viaja rapidísimo: a más de 200.000 km/h. Lo curioso de este cometa es que su recorrido pasa por el mismo plano donde se mueven los planetas (la llamada eclíptica), lo que facilita mucho su observación con telescopios desde distintos puntos del Sistema Solar.

¿Por qué hay quien cree que el 3I/ATLAS es un ovni?

Según el físico y divulgador Javier Santaolalla, los científicos están hablando de anomalías con este cometa simplemente porque las tiene. En el vídeo, Santaolalla cataloga el cometa como "raro" y repasa algunas que han dejado a la comunidad científica rascándose la cabeza:

  • Presentó una cola “al revés”, que durante julio y agosto apuntaba hacia el Sol, algo rarísimo, antes de volver a su posición normal.
  • Tiene una polarización de la luz muy extraña, diferente a la de cualquier otro cometa conocido.
  • Presenta una composición química fuera de lo común, con muchísimo dióxido de carbono (CO₂) y una presencia inusual de níquel atómico frente al hierro.
  • Está realizando una trayectoria casi perfecta dentro del plano del Sistema Solar, lo que estadísticamente es poco probable, aunque no imposible.

Todo esto, según Santaolalla, lo hace raro, sí. Pero “raro” no significa “artificial”. Significa que aún no entendemos bien de dónde viene ni por qué es así. Y eso, en ciencia, es una oportunidad, no una amenaza.

¿Es cierto que la NASA ha activado un protocolo de defensa planetaria?

En los últimos días, hemos visto muchos medios que lanzaban titulares del tipo La NASA ha activado el protocolo de defensa planetaria. En realidad, no existe ninguna comunicación por parte de la NASA que explique que esto ha ocurrido y en su página web oficial lo único que hace la NASA es desmentir que este cometa pueda ser peligroso. Entonces, ¿por qué algunos medios sostienen que existe este protocolo de defensa planetaria? Para justificar este titular, se refieren a una campaña internacional de observación organizada por la IAWN (Red Internacional de Alerta de Asteroides), un programa coordinado por la ONU en el que participa la NASA y muchas otras agencias espaciales.

Esta campaña, en la que además la NASA solamente participa, no es una alerta de peligro, sino un ejercicio científico para entrenar la detección y el seguimiento de cometas difíciles de medir. En otras palabras: no es una alarma, es una práctica. Como si los bomberos hicieran un simulacro, no porque haya fuego, sino para estar listos si alguna vez lo hay.

Tampoco son ciertas, según Santollala, otras afirmaciones que han aparecido en los medios, como que se ha detectado una aceleración “extraña” que indique propulsión o control artificial. Los cambios de velocidad que se han visto se deben a la gravedad del Sol, algo totalmente normal. Lo mismo ocurre con las fotos que circulan por redes que sugieren que el cometa tiene forma de “nave” o “estructura metálica”: son montajes o imágenes de laboratorio sin relación con 3I/ATLAS.

¿Y eso de que “está haciendo una maniobra detrás del Sol”?

Durante unos días, el cometa ha pasado por detrás del Sol desde nuestro punto de vista, lo que impide observarlo directamente. Algunos han aprovechado para teorizar que “aprovecha ese momento para cambiar de rumbo hacia la Tierra”.

Pero la ciencia es clara: si, al reaparecer, su trayectoria sigue siendo la esperada, la teoría se desmonta sola. Y si hubiera alguna desviación anómala, se analizaría con datos. De momento, no hay ninguna señal de que esté haciendo algo raro.

El cometa 3I/ATLAS es una joya científica, un visitante único que nos permite estudiar materiales y comportamientos que podrían venir de los primeros tiempos del universo. La NASA sostiene que no representa ningún riesgo para la Tierra, y la llamada “defensa planetaria” es, en este caso, entrenamiento, no emergencia. El paso de este cometa es la oportunidad de ver cómo la ciencia trabaja en directo, cómo duda, corrige, aprende y, sobre todo, cómo mira al cielo con la curiosidad encendida.