Desde bien pequeños, en la escuela, en casa o, incluso, en las series infantiles, nos repiten la importancia de saber perdonar a las personas. El perdón se presenta como una especie de virtud universal: un gesto que nos permite estar en paz con nosotros mismos y con los demás, liberándonos de una carga emocional, aunque alguien nos haya hecho mucho daño. Sin embargo, hay especialistas que no comparten este razonamiento y que valoran otros aspectos a la hora de sentirnos tranquilos en la vida.
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“Hay gente que dice ‘no, es que hay que perdonar para sentirnos tranquilos, sacarnos el rencor y el odio’. Pues, sinceramente, yo en muchas ocasiones no he perdonado y no me he quedado ni con rencor ni con odio; simplemente he analizado y me he dado cuenta de que esa persona que me ha hecho tanto daño y me ha hecho sufrir tanto no merece estar en mi vida; por lo tanto, no la perdono”, explica la psicóloga sanitaria Andrea Vicente en uno de sus últimos vídeos publicados en redes sociales. Una afirmación que, de entrada, desafía la visión más tradicional del perdón como requisito imprescindible para avanzar.
Vicente insiste en que “no hay que perdonar a todo el mundo” y que, en algunos casos, tomar la decisión de no perdonar puede ser incluso una forma de empoderamiento. “A veces no perdonar no es necesariamente negativo. Es crucial evaluar si el dolor causado ha merecido la pena y si deseamos mantener a estas personas en nuestras vidas. En algunos casos, establecer límites puede ser una decisión de empoderamiento”, apunta la experta. Según la psicóloga, poner distancia no implica vivir con rencor, sino reconocer que hay relaciones que, sencillamente, no nos convienen y que no hay que mantener a cualquier precio. “Tampoco le tengo rencor ni odio, y eso no es malo”, añade.
Críticas a la idea de no perdonar: no todo el mundo coincide con Vicente
Esta perspectiva ha despertado críticas de otros expertos que no comparten el punto de vista de Andrea Vicente. Es el caso de Laura Mulero, terapeuta emocional: “Una cosa es perdonar de corazón para quedarte en paz tú mismo. Es algo necesario. Otra cosa diferente es que, una vez perdonado, decidas que esa persona forme parte de tu vida o no, pero perdonar, hay que perdonar. Y yo soy de las que les cuesta, así que lo entiendo, pero no hacerlo no es sano”, puntualiza en el vídeo difundido por Vicente.