Pedro Sánchez no tiene intención de convocar elecciones a pesar de la crisis política por la corrupción y los casos de acoso sexual en el PSOE. El presidente del Gobierno español, en una comparecencia en la Moncloa para hacer balance del año, ha defendido su actuación "contundente" con el cese de los implicados y ha advertido al PP que no piensa "aceptar lecciones" en esta materia. Decidido a agotar la legislatura, el líder socialista ha confirmado que se reunirá con el presidente de ERC, Oriol Junqueras, a principios de año y que piensa sacar adelante acuerdos con Junts incumplidos hasta ahora como la presentación de las balanzas fiscales entre Catalunya y el Estado. Sánchez ha reiterado su voluntad de mantener la "mano tendida" para reanudar las relaciones ahora rotas con la formación de Carles Puigdemont.