Ya hace más de una década del mítico spot del Ayuntamiento de Barcelona en el que Els Catarres cantaban que "tan limpio es quien limpia como quien no ensucia". Ahora, en medio de una campaña electoral muy marcada por el debate sobre la limpieza, analizamos qué tiene de cierto. ¿Cuál es el estado de las calles de Barcelona? ¿Realmente está más sucia que antes?

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Ciertamente, la suciedad preocupa a los barceloneses. Concretamente, la limpieza es el segundo problema más grave de la capital catalana, de acuerdo con el último Barómetro municipal: es la máxima preocupación del 16% de los encuestados, una cifra que se ha multiplicado por 7 en solo cuatro años.

En realidad, es muy complicado cuantificar con cifras objetivas si Barcelona está más limpia o más sucia de lo que hace unos años. En cualquier caso, el año pasado el Ayuntamiento recibió más de 64.000 quejas, incidencias y peticiones relacionadas con la recogida de residuos y la limpieza del espacio urbano, un 29% más que en el 2019. Los motivos de llamada más frecuentes fueron para pedir al consistorio que limpiara o retirara objetos de la calle, para denunciar incidencias en los contenedores de reciclaje y para quejarse del mal estado de limpieza de las calles.

¿Y, si está más sucia, es culpa de los servicios de limpieza, que no limpian lo suficiente, o el problema es que la gente ensucia más? Es la eterna pregunta. Los datos que tenemos son sobre la basura recogida de las calles: el año 2019, antes de la pandemia, los servicios de limpieza recogieron 66.500 toneladas de basura del suelo, de las papeleras y de las playas de la ciudad, un aumento del 16% en nueve años. En el año 2021 recogió 60.000, aunque este dato podría estar afectado por el confinamiento.

También han aumentado los residuos reciclados: de 120.000 toneladas en el 2002 en las 310.000 del 2019, aunque nunca se ha superado la cifra de 2010, cuando se recogieron 335.000 toneladas.

¿Cuánto gasta el Ayuntamiento?

Este 2023 el Ayuntamiento ha presupuestado 200 millones de euros a la limpieza vial, lo mismo que el año pasado, unas cifras bastante superiores a los otros años. Y es que la nueva contratación del servicio de limpieza ha supuesto un gasto extra y, según Ada Colau, es lo que ha causado problemas de suciedad durante estos meses.

Diferente es el caso de la recogida, gestión y tratamiento de los residuos. Durante los últimos años, el importe presupuestado rondaba los 100 millones -bastante menos que los años previos a 2016-, pero este 2023, el gasto previsto se acerca a los 150 millones.

En todo caso, Barcelona es la gran ciudad española que más gasta en limpieza y recogida de residuos por habitante, de acuerdo con los datos de Gobierto, la plataforma que permite hacer comparaciones entre los presupuestos de los municipios. En el 2022 presupuestó 178,75 euros por persona, superando Madrid (172 euros), Málaga (169 euros), Sevilla (144 euros), Valencia (102 euros) y Zaragoza (95 euros), las seis ciudades del Estado con más de medio millón de habitantes.

¿Es más limpio quien limpia o quien no ensucia?

Volvemos a la canción de Els Catarres: ¿es mejor limpiar más o ensuciar menos? Las directivas de la Unión Europea y el Ayuntamiento apuntan que la opción más sostenible es reducir al máximo posible la cantidad de residuos generados, aunque después se reciclen correctamente. La fabricación de plásticos y otros materiales genera una gran cantidad de emisiones, y el mismo proceso de recogida y tratamiento de residuos -desde el camión que los recoge hasta la planta que los procesa- también tiene un impacto medioambiental negativo.

Lo mismo pasa con las emisiones contaminantes. Eva Parera, candidata de Valents a la alcaldía de Barcelona, ha propuesto instalar "aparatos que limpian y depuran el aire". Estos instrumentos existen -y son creados en Catalunya-, pero están pensados para eliminar NOx y partículas en suspensión en ambientes cerrados, no al aire libre. Para reducir la contaminación en las calles de la ciudad, como recuerdan los expertos consultados por Verificat, es mucho más útil limitar las emisiones del tráfico que intentar mitigarlas con aparatos.