Tal día como hoy del año 1936, hace 89 años, a las afueras de Córdoba (Andalucía-España) y en el marco de los primeros combates de la guerra civil española (1936-1939), el fotógrafo de guerra Robert Kappa inmortalizaba el momento en que un miliciano republicano moría de un tiro disparado desde las posiciones rebeldes. Aquella fotografía sería titulada Muerte de un miliciano, y por la fuerza plástica que proyecta su protagonista en el momento que recibe el impacto de bala y la abrumadora desolación del paisaje que rodea el lugar donde se produjo aquella repentina muerte, se convertiría un preludio de la tragedia en que se convertiría aquel conflicto y en uno de los testimonios gráficos más icónicos de la guerra civil española.

Aunque algunos investigadores han puesto en duda la autenticidad del momento que capta la fotografía (hablan de una fabricación de la escena) y cuestionan la identidad del protagonista, la inmensa mayoría del mundo académico y artístico siempre ha dado apoyo a la versión de Kappa y confirma que la persona que aparece en aquella instantánea y que encontró la muerte en aquel lugar es Frederic Borrell Garcia, nacido en 1912 en Benilloba (País Valencià) en una familia de pequeños labradores. Hacia 1926 Borrell habría emigrado a Alcoy (País Valencià) para trabajar en la industria y habría sido uno de los fundadores de la sección local del sindicato anarquista Federación Ibérica de Juventudes Libertarias. También en Alcoy se casó, como lo testimonian algunos documentos gráficos familiares.

Cuando estalló el conflicto, Borrell —que en Alcoy era conocido como el Taïno (posiblemente era el renombre familiar en Benilloba)— se alistó en las Milicias Populares y fue movilizado con la Columna Alcoyana (julio, 1936). Su columna, dirigida por el comisario político González Inestal (CNT-FAI), fue situada en el valle del Guadalquivir, cerca de Córdoba, para contener el avance rebelde que, desde Sevilla, se dirigía hacia Extremadura (Yagüe) y hacia Madrid (Queipo de Llano). Taïno murió en el transcurso de una contraofensiva de las milicias republicanas. Y la fotografía que captaría aquel trágico instante de sol, sangre y arena sería publicada poco después por el semanario francés VU, dirigido por el editor Lucien Vogel.