Tal día como hoy del año 1076, hace 949 años, en Barcelona; moría Ramón Berenguer I, conde independiente de Barcelona y de Girona (1035-1076); de Osona (1054-1076); y Carcasona y de Rasés (1069-1076). Durante su gobierno fue denominado "Propugnator et murus christiani populi" (Defensor y muro del pueblo cristiano) y a los Usos de Barcelona se le cita como "Hispaniae subjugator" (Dominador de Hispania). Ambas citas revelan que, a finales del siglo XI, los condes independientes de Barcelona ya eran los soberanos más poderosos del istmo pirenaico. Más poderosos que los condes independientes de Tolosa y que los reyes de Navarra-Aragón.
Pero Ramón Berenguer I pasaría a la historia por revivir una versión personal del "rapto de Helena". El año 1052, Ramón Berenguer I inició una visita de Estado a Tolosa, para intensificar los pactos con la casa condal tolosana. Durante su estancia en la corte del conde Ponce III, conoció a Almodis de la Marca, la condesa-consorte de Tolosa. Según las fuentes documentales de la época, Ramón Berenguer —que en aquel momento estaba casado con Blanca de Narbona— y Almodis —casada con Ponce III de Tolosa—; se enamoraron perdidamente. Según las mismas fuentes, Almodis era una mujer madura, atractiva y muy culta.
Ramón Berenguer I la secuestró y la llevó a Barcelona. Allí repudió a Blanca y se casó con Almodis, que había hecho lo mismo con Ponce. Aquel secuestro y matrimonio estuvo a punto de causar una guerra. Blanca, la esposa repudiada por Ramón Berenguer, acudió al pontífice Víctor II, reclamando justicia, y el papa excomulgó al conde catalán y pidió al rey de Francia que administrara justicia en nombre de la Iglesia. Y el conde Ponce buscó la alianza de varios barones feudales de la Marca de Gotia (el territorio del actual Languedoc) para invadir los condados catalanes y limpiar su honor matando a Ramón Berenguer.
Sin embargo, aquel episodio histórico quedó, finalmente, en uno nada. Ramón Berenguer pagó 4.000 mancusos de oro a Blanca como indemnización. El papa Víctor II murió poco después (1057) y el nuevo pontífice, Esteve IX, levantó la excomunicación que pesaba sobre Ramón Berenguer. Y el conde Ponce III de Tolosa se casó con una hija del rey García Sánchez III de Navarra, que ocupaba una golosa segunda posición en la línea sucesoria del trono de Pamplona. Mientras tanto, en Barcelona, Ramón Berenguer y Almodis tuvieron una relación muy compenetrada, tanto en el aspecto personal, como en el político: el conde asoció al poder a su esposa.