Tal día como hoy del año 1752, hace 273 años, en Piacenza (entonces ducado independiente de Parma) moría el cardenal Giulio Alberoni, que había sido primer ministro de Felipe V —el primer Borbón— durante la posguerra inmediata a la conclusión del conflicto (1715-1719). Alberoni había iniciado su carrera política como secretario de Luis José de Borbón (1704), duque de Vendôme, primo hermano de Felipe V y heredero del rey español en caso de que este hubiera muerto sin descendencia. Durante el conflicto sucesorio hispánico, Alberoni acompañó a Vendôme por los campos de batalla de las penínsulas itálica e ibérica y de los Países Bajos (1704-1712), con importantes victorias y con sonadas derrotas.
Vendôme fue nombrado virrey de Catalunya antes de la ocupación borbónica del Principat (1712), pero murió repentinamente y se dijo que había sido tras practicar sexo anal. La estrella de Alberoni parecía apagarse, pero Luis XIV lo reclutó para su servicio de inteligencia y lo envió a la corte de Madrid para preparar el relevo del primer ministro Jean Orry —al que también había enviado el rey francés— y que, después de implementar reformas que habían incomodado a las aristocracias latifundistas castellanoandaluzas, estaba políticamente carbonizado. Entre 1712 y 1715, Alberoni trabajó a las órdenes de María Ana de la Tremoille, princesa de los Ursinos, primera espía de Luis XIV en Madrid y consejera sexual de la pareja real.
En 1715 caía Orry, y Luis XIV de Francia forzaba el nombramiento de Alberoni como primer ministro de España. Durante su gobierno se implementó la Nueva Planta en Mallorca y Eivissa (1716) y en Catalunya (1717): la liquidación del régimen foral propio; la destrucción del aparato productivo que había sobrevivido a la guerra; la proscripción de la lengua, la cultura y la identidad catalanas; la persecución y asesinato de la resistencia austracista y la imposición de una brutal tributación punitiva. La Nueva Planta fue impuesta “por justo derecho de conquista”, y Alberoni tuvo un papel muy importante en su previa adaptación para ser implementada en Mallorca, Eivissa y Catalunya.
El 1715 Felipe V era viudo y se debatían varias alianzas matrimoniales. Pero el nuevo primer ministro Alberoni lograría imponer su opción y la parmesana Isabel Farnese se convertiría en la segunda esposa del Borbón español. La nueva reina sería, siempre, su mejor aliada y el contexto les sería muy favorable, porque la progresiva incapacidad mental de Felipe V los convertiría en los verdaderos gobernantes de aquella primera España borbónica. No obstante, su estrella se empezaría a apagar cuando se enfrentó a Francia (gobernada por la casa matriz borbónica). En 1719 creó un conflicto a escala internacional, con clarísimos intereses personales, y todas las cancillerías europeas, especialmente la de Versalles, forzarían su caída.