Tal día como hoy del año 1267, hace 753 años, nacía en València Jaime de Aragón y de Sicilia, segundo hijo del conde-rey Pedro II de Barcelona y III de Aragón y de la reina Constanza de Sicilia. Jaime alcanzaría los tronos de Barcelona y de Palermo después de la muerte sin descendencia legítima de su hermano mayor Alfonso II de Barcelona y III de Aragón, denominado "el Franco". Jaime fue coronado el año 1291, a los veinticuatro años, y sería nombrado "el Justo". Durante su reinado, la corona catalanoaragonesa alcanzó la plenitud económica y demográfica. Poco después de su muerte (1327), se desencadenó una grave crisis económica (1333, “lo mal any primer”) que culminaría con la peste negra (1348).

Cuando Jaime II fue coronado, ya era rey de Sicilia (1285). El trono de Palermo lo había heredado directamente de su madre —Constanza de Sicilia— en su calidad de segundo hijo de la pareja real catalanosiciliana. No obstante, seis años después (1291), lo cedió a su hermano pequeño Federico, respetando la voluntad de su madre que preveía mantener la figura de un rey siciliano. Hasta 1410, los seis reyes sicilianos descendientes de Federico serían de la estirpe Berenguer-Aragón y se mantendrían en la órbita política del Casal de Barcelona. Las expediciones de los almogávares catalanes que conquistaron el ducado de Atenas (1303) salieron de Sicilia durante el reinado de Federico, hermano de Jaime II.

Durante el reinado de Jaime II, el puerto de Barcelona —en competencia con el de Génova— alcanzó el liderazgo del comercio en el Mediterráneo occidental. También, durante su reinado, los puertos de València y de Mallorca se situarían entre los cinco puertos comerciales más importantes del Mediterráneo occidental. En política militar, Jaime II fue el gran promotor de la idea Rex Bellator —obra de Ramon Llull— que pretendía la unificación de todas las órdenes militares de Europa bajo la autoridad de un rey soltero o viudo, y se postuló para este cargo. Pero la negativa francesa lo precipitó a secundar la persecución y destrucción de la Orden del Templo que, precisamente, había iniciado la monarquía de París.