Tal día como hoy del año 1715, hace 305 años, el rey Felipe V, el primer Borbón hispánico, decretaba la liquidación de las instituciones de gobierno de Mallorca y de Ibiza. La existencia de aquellas instituciones fechaba de principios del siglo XIII, y habían sido creadas por el conde rey Jaume I, poco después de la conquista y repoblación de las islas. Las instituciones de autogobierno mallorquinas e ibicencas se constituyeron siguiendo al modelo del régimen feudal catalán, y se inspiraron en los consejos municipales de Barcelona, de Perpinyà, de Lleida y de Tortosa. También el gobierno de las islas se constituiría siguiendo el patrón feudal de las cortes catalanas.

Posteriormente, estas instituciones, tanto las públicas (los consejos municipales), como las privadas (los consulados de mar), evolucionarían de acuerdo con el transcurso del tiempo; pero siempre mantendrían un patrón inspirado en el modelo catalán. En el año 1715, fueron derogadas y suplantadas por el modelo de administración castellano; exactamente como Borbón había hecho anteriormente con las instituciones aragonesas y valencianas; y poco después lo haría con las catalanas. Aquellas liquidaciones eran el resultado de la Guerra de Sucesión hispánica (1705-1715); y obedecían a la estrategia borbónica de españolizar todas las naciones de sus dominios.

Entre muchas otras cosas, en aquel delirio uniformizador, se dio la tragicómica circunstancia que las instituciones judiciales (que también habían sido españolizadas y políticamente depuradas) pasaron repentinamente a funcionar en castellano, en aquel momento lengua desconocida por la inmensa mayoría de la población. La documentación de la época revela que muchos juicios se fallaron totalmente en contra de la parte que demandaba justicia, porque los jueces y fiscales impuestos no sabían ni entendían el catalán.