Tal día como hoy del año 1392, hace 633 años, culminaban las obras de construcción del edificio gótico de la Llotja de Barcelona, que, según algunos investigadores, se construiría sobre un anterior edificio que ya tenía un uso comercial. La Llotja fue promovida por el Consulat de Mar (la reunión de los grandes armadores y comerciantes del barrio de La Ribera, denominada Consell de Prohoms de la Ribera de Barcelona) y por el Consell de Cent (el gobierno municipal) con el propósito de concentrar toda la actividad mercantil de la ciudad. El inicio de las obras fechaba de 1352 y los planos eran del arquitecto Pere Arví. Posteriormente, este edificio quedaría recubierto por el envoltorio neoclásico del siglo XVIII para darle la traza que luce actualmente.
Inicialmente, en la Sala de Contrataciones de la Llotja (la parte más antigua del edificio) se concentró la actividad de los grandes negocios que se formalizaban en la ciudad, tanto los que promovían los mercaderes barceloneses como los extranjeros que operaban en Barcelona. Poco después, el Consell de Cent impuso a todos los banqueros que operaban a la ciudad su traslado al interior de la Sala de Contrataciones. Y en 1401, instaló la Taula de Canvi, el primer banco público de la historia de la humanidad, que tendría la misión de custodiar depósitos, prestar dinero al Consell de Cent y a la Corona, emitir letras de cambio y regular y controlar las prácticas bancarias en el interior de la Sala de Contrataciones.
El edificio de la Llotja fue construido para dotar a la ciudad de un espacio dedicado a los grandes negocios, pero también para estimular el crecimiento de la actividad comercial, que había sufrido una crisis muy importante con la peste negra (1348-1351) y sus sucesivos rebrotes (segunda mitad del siglo XIV), y por el efecto de los pogromos contra la comunidad judía barcelonesa. Durante la primera etapa de funcionamiento del edificio (principios del siglo XV), el edificio se amplió con la construcción del Salón de los Cónsules (encima de la Sala de Contrataciones), la capilla, el Pati dels Tarongers, la casa de los verguers (los custodios de la casa) y la galería de los trapos (una especie de consigna para las mercancías más valiosas).