Tal día como hoy del año 1925, hace 98 años, en Barcelona, en el Campo de Les Corts, se producía la primera gran pitada al himno español en un estadio de fútbol. Fue en los prolegómenos del partido que tenía que enfrentar el FC Barcelona, titular del estadio, y el Club Deportivo Júpiter, del barrio del Poblenou. Los dos clubs habían pactado un partido amistoso de homenaje al Orfeó Català. Cuando la banda musical de un barco británico anclado en el puerto de la ciudad e invitada al acto inició la interpretación de la Marcha Real, los 12.000 aficionados de los dos equipos que llenaban el estadio ensordecieron el himno español con una sonora y espectacular pitada. En cambio, cuando la misma banda interpretó el "God save the king", se produjo una gran ovación.

Esta manifestación de rechazo a España y a la monarquía española se producía en un contexto político, social y cultural de extrema conflictividad. Dos años antes (15 de septiembre de 1923), el general Primo de Rivera, con el entusiástico apoyo del rey Alfonso XIII, había perpetrado un golpe de estado que había puesto fin a medio siglo de régimen constitucional (1873-1923). El nuevo régimen dictatorial había intervenido la Mancomunitat y había iniciado el desmantelamiento de la institución; había ilegalizado a los partidos políticos y los sindicatos; había clausurado los ateneos, las bibliotecas populares y las escuelas libres; y había prohibido el uso público de la lengua catalana y la exhibición de la bandera. Mientras tanto, la terrible crisis económica iniciada en 1919, seguía ganando terreno.

Después de aquella pitada, las autoridades politicomilitares del régimen dictatorial en Catalunya informaron al Directorio Militar, que les ordenó intensificar la represión. El capitán general de Catalunya, Barrera Luyando (Burgos, 1869 – 1943), y el gobernador civil de Barcelona, el general Milans del Bosch (Barcelona, 1853 – Madrid, 1936), que más tarde tomarían parte activa en el golpe de estado de 1936 que condujo a la Guerra Civil, ordenaron la detención de docenas de personas, y ordenaron, también, la clausura del Campo de Les Corts. Durante las semanas posteriores, el estadio blaugrana estuvo literalmente tomado por la Guardia Civil, que impidió que nadie se pudiera aproximar. El estadio de Les Corts quedó clausurado durante el periodo de seis meses.