Tal día como hoy del año 455, hace 1.567 años, el general Avito, Magister Militum (comandante en jefe de las legiones romanas) era nombrado emperador del Imperio Romano de Occidente. A la muerte del usurpador Petronio Máximo (que había llegado al poder después de asesinar a los emperadores Valentiniano III y Aecio) y que se produjo durante el saqueo de Roma a manos del ejército del rey vándalo Genserico; las oligarquías provinciales de la Narbonense (actual Languedoc) y Tarraconense (actuales Catalunya, Aragón y mitad norte del País Valencià); nombraron a Avito, que meses después obtendría la confirmación del Senado romano.

Cuando se produjeron aquellos acontecimientos, el Imperio Romano de Occidente se encontraba en plena descomposición; y tan solo veinte años después sería depuesto el último emperador (Honorio, 476). Pero las oligarquías de algunas provincias habían conservado el vínculo con el Imperio romano, principalmente por una cuestión de orden interno: el Estado romano se aventuraba como la única garantía de protección ante el problema de las rebeliones de esclavos. En las provincias Tarraconense y Narbonense, fue especialmente intenso el fenómeno Bagauda (ejércitos de esclavos fugitivos que atacaron y saquearon muchas villae y algunas ciudades medias como Caesaraugusta o Ilerda).

Por este motivo, las oligarquías provinciales de la Tarraconense y de la Narbonense tuvieron cierto ascendiente sobre los asuntos políticos de Roma. Serían los territorios que han sido denominados "las provincias más romanas del Imperio". Y eso sería lo que explicaría el ascenso de Avito, un Magister Militum que había actuado como enlace entre el Estado romano, las oligarquías provinciales romanas y las élites militares visigóticas (que se habían ubicado en el territorio —llamadas por el Estado y por las oligarquías— para sustituir las casi desaparecidas legiones). Avito ostentó el poder hasta que, dos años más tarde (457) fue derrocado y relevado por el general Mayoriano después de un golpe de Estado promovido por el Senado.