Tal día como hoy del año 1994, hace 29 años, a partir de primeras horas de la madrugada, se produjo un episodio de lluvias torrenciales sobre la Cordillera Prelitoral Catalana (en la mitad sur del país y en paralelo a la costa), que provocaría el desbordamiento de los ríos y torrentes de las comarcas del Camp de Tarragona, la inundación de pueblos y de campos de cultivos, y la destrucción de cosechas y de infraestructuras viarias. Según el Servei Meteorològic de Catalunya, entre la tarde-noche del día 9 y la noche del día 11, en la Mussara (sierra de Prades) cayeron más de 500 litros/m2; en Alforja (Baix Camp), 424 litros/m2; en Cornudella (Priorat), 406 litros/m2, y en Riudabella (Conca de Barberà), 309 litros/m2

Estos registros, que correspondían a las cabeceras de los ríos Francolí y Siurana, y de las rieras de Alforja y de Maspujols arrastraron caudales muy importantes hacia las llanuras y hacia la costa, que las infraestructuras urbanas no estaban preparadas para absorber. En Montblanc, el río Francolí superó ampliamente el cauce e inundó las calles del barrio de la Estació. El nivel del agua subió hasta la bóveda de los arcos del puente medieval sobre el río y durante unas horas este importante elemento histórico estuvo gravemente amenazado. Y en Tarragona, el mismo río Francolí alcanzó el doble del caudal medio del Ebro en Amposta y provocó muchos destrozos en el polígono industrial Campsa.

En Tarragona, también, se produjeron inundaciones en la zona baja de la ciudad (barrios del Port y del Serrallo), con graves daños en comercios y a establecimientos de restauración. En Cambrils, se superó la canalización artificial y la riera de Alforja inundó el núcleo histórico y los barrios del Eixample y Marítim; provocó la muerte de una persona y destrozos muy importantes en casas y en el mobiliario urbano. Desde el mediodía del 10, las carreteras quedaron cortadas, la red eléctrica interrumpió el suministro y muchos pueblos del Camp de Tarragona quedaron incomunicados, sin electricidad y sin comunicaciones. Se estimaron pérdidas materiales por valor de 15.000 millones de pesetas de la época (el equivalente actual a 400 millones de euros).