Tal día como hoy del año 1825, hace 200 años, en el paraje de Piedra Alta, en Florida de Uruguay (100 kilómetros al norte de Montevideo), un grupo de 33 representantes políticos de todas las regiones del país (los "Treinta y tres orientales"), proclamaban la independencia de la Provincia Oriental (actualmente, República de Uruguay) y el inicio de las negociaciones para la incorporación del territorio a las Provincias Unidas de Río de la Plata (actualmente, República Argentina). La Provincia Oriental había sido invadida por las fuerzas coloniales portuguesas e incorporada a la colonia de Brasil durante la Guerra de la Independencia de Río de la Plata (1810-1815), pero su composición sociológica no había variado, y los vínculos económicos, culturales y familiares con la otra orilla del estuario se conservaban.

No obstante, en 1828 se rompieron las negociaciones y los uruguayos optaron por crear su propio Estado. El 24 de octubre de 1830, la Asamblea Constituyente nombraba a Luis Eduardo Pérez Pagola primer presidente provisional. Desde entonces, Uruguay, el país políticamente más estable de Sudamérica, ha tenido 42 presidentes constitucionales, de los cuales cuatro son de la familia Batlle (Llorenç, Lluís, Jordi, Josep Pau), llegada a Montevideo desde Sitges en 1800 y la estirpe presidencial más prolífica de la historia de Uruguay. Entre los presidentes uruguayos de origen catalán también encontramos tres más: Joan Francesc Giró y Josep Maria Pla (durante el siglo XIX); y el actual presidente Luis Alberto Lacalle Pou, tataranieto de los catalanes Joan Pou y Jacinta Orfila, emigrados a Colonia de Sacramento, cabe en 1870.

Uruguay siempre ha tenido un vínculo muy sólido con Catalunya. En 1944, coincidiendo con el cuarto aniversario del fusilamiento del president Companys, la Intendencia Municipal de Montevideo (el ayuntamiento) presidida por Juan Pedro Fabini (del progresista Partido Colorado) inauguraba la plaza Lluís Companys, la primera vía pública del mundo que llevaría el nombre del president de Catalunya asesinado por el régimen franquista. En aquella plaza que, desde entonces, se ha llamado ininterrumpidamente Lluís Companys, se inauguró el primer monumento público del mundo dedicado a la figura del president mártir. El monumento sería fabricado con el material que dio una pedrera propiedad de una familia catalana y los honorarios del escultor serían desembolsados por el Centro Catalán de Montevideo.