Aunque las conferencias de los políticos tienden a ser tediosas, como reconoció el propio Oriol Junqueras al inicio de la presentación de su propuesta política 'Una nueva ambición nacional', seguramente es la mejor manera para oficializar con solemnidad su voluntad de volver a ser candidato a la presidencia de la Generalitat en las próximas elecciones. Por ahora, no lo puede ser, ya que pesa encima de él una inhabilitación para cargo público fruto de la sentencia del procés en la que el Tribunal Supremo le condenó a 13 años de cárcel y los mismos años de inhabilitación. Pero las elecciones catalanas serán en 2028, si no se adelantan, y no hay indicio alguno de que el president Salvador Illa lo vaya a hacer.

Quiere eso decir que Junqueras cuenta que para esa fecha ya podrá ser candidato, porque se le habrá aplicado la ley de amnistía, que el Supremo se resiste a materializar junto a otros dirigentes políticos también juzgados, como Jordi Turull, Oriol Romeva y Dolors Bassa, o exiliados, como Carles Puigdemont, Toni Comín y Lluís Puig. Lo será, a buen seguro —si el Constitucional hace los deberes—, no solo en el 2028, sino en los próximos meses, si se le levantara, como así se espera, la inhabilitación. Si así sucediera, incluso, quién sabe, no habría impedimento alguno para que Esquerra reclamara su entrada en el Govern en un futuro no muy lejano. Pero eso, que nadie ha descartado por ahora, es avanzar varias etapas al momento presente, que no es ciertamente ese.

Junqueras quiere, con este movimiento, adelantarse y ganar perspectiva

Junqueras presentó su candidatura muy a su estilo, pedagógico, con un horizonte nacional definido y un proyecto de pacto nacional amplio, que bautizó como entesa nacional. No habló de ampliar la base, un concepto sin duda gastado, pero en la entesa nacional cabe también gente de otros espacios políticos, ya que va más allá de Esquerra. Su apuesta, acompañada de nuevos pactos, alianzas y entendimientos en Catalunya, ayuda a dibujar lo que muchas encuestas ya predicen: quizás harán falta alianzas de los tres partidos centrales para tener mayorías estables en Catalunya, puesto que las otras no sumarán. En este terreno, Junqueras se siente cómodo, como rótula entre PSC y Junts, en un momento en que los partidos de Salvador Illa y Carles Puigdemont, como gobierno y oposición que son en Catalunya, están marcadamente enfrentados.

Es obvio que con tan solo un año de legislatura en Catalunya, no empieza ahora la campaña de las próximas catalanas. Pero sí que empieza un tiempo nuevo en que algunas piezas se van a mover. Junqueras quiere, con este movimiento, adelantarse y ganar perspectiva. Según las encuestas, ha contenido la caída del gobierno Aragonès y se ha hecho con el control férreo del partido cuyos cuadros se alinean mayormente con su posición política, habiendo pasado página a la etapa en que obedecían a Marta Rovira en el partido y al president de la Generalitat republicano. Junqueras se prepara para estar preparado. ¿Para qué? Para todo.