Mariano Rajoy ha anunciado un gobierno marca de la casa: continuista con seis cambios de cara. El presidente se tiene por un hombre previsible, lo dijo la semana pasada en el Congreso de los Diputados cuando obtuvo la confianza de la Cámara y además agregó que sus políticas no iban a cambiar porque eran muy buenas. Su nuevo gobierno responde claramente a esta idea. En lo que respecta a las relaciones con Catalunya no hay que esperar cambio alguno, ni grande ni pequeño: tanto la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría como el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, los miembros del Gobierno sobre los que pivota el paquete más importante de los conflictos con la Generalitat continúan en el cargo. El anuncio de un gobierno dialogante queda así, una vez más, para otra ocasión
Al final, el nuevo gobierno ha sido mucho más simple de lo que se había venido especulando: Dos de los tres ministros literalmente abrasados del ejecutivo saliente dejan el cargo. Se trata del titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, y el responsable de Exteriores, José Manuel García-Margallo. El tercer cesado es el titular de Defensa, Pedro Morenés, un ministro gris que siempre contó con estar una sola legislatura. Se salva Cristóbal Montoro, amigo personal de Rajoy, protagonista de muchos de los líos del ejecutivo anterior y que en muy poco tiempo ha pasado de querer irse a casa irremediablemente a hacer todo lo posible por quedarse. Estos tres ministros cesados y las tres carteras vacantes desde hace meses -Fomento, Energía y Sanidad- por la anómala provisionalidad de más de 300 días de gobierno en funciones y por diferentes situaciones de los ministros anteriores acaban finalmente haciendo los seis ministerios que tienen un nuevo titular al frente.
Tres comentarios breves más. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, asume el Ministerio de Defensa y es después de Carme Chacón la segunda mujer de la historia al frente de este departamento. Cospedal tiene así un ministerio de los denominados de Estado, con cierta autonomía de su gran rival Soraya Sáenz de Santamaría, y con línea directa por el rango del departamento tanto con el presidente del Gobierno como con el jefe del Estado. Hay cuatro ministros andaluces en el nuevo gobierno de los doce que tiene si quedan fuera de este cómputo Rajoy y Sáenz de Santamaría: Alfonso Dastís (Exteriores), Cristóbal Montoro (Hacienda y Función Pública) Juan Ignacio Zoido (Exteriores) y Fátima Báñez (Empleo y Seguridad Social). Tres madrileños, Rafael Catalá (Justicia), Luis de Guindos (Economía) y Álvaro Nadal (Energía) y dos de Valladolid, Sáenz de Santamaría e Isabel García Tejerina (Agricultura).
Ningún ministro vasco/a y una catalana, Dolors Montserrat Montserrat, que será ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, la benjamín del ejecutivo con 43 años, y es hija de la histórica dirigente del PP catalán y ex vicepresidenta del Parlament, Dolors Montserrat. La nueva ministra catalana viene a cumplir con el microcupo histórico del PP catalán tanto en los ocho años de José María Aznar como presidente, como ahora con Mariano Rajoy. En los trece años solo cinco catalanes han sido ministros: Josep Piqué, Anna Birulés, Julia Garcia Valdecasas, Jorge Fernández y ahora Dolors Montserrat. Además, los dos primeros eran independientes cuando fueron nombrados ministros. Montserrat hija pertenece a la nueva generación de dirigentes del PP, es una polemista consumada y rompe con alguno de los estereotipos de lo que es una política de derechas. Aunque conserva buena relación personal con muchos políticos de la izquierda catalana y también con dirigentes independentistas, su posición en temas como el referéndum de independencia es granítica. Acorde con la totalidad del nuevo ejecutivo de Mariano Rajoy.