Todos colpevoli, nessuno colpevole (Si todos son culpables, nadie es culpable). Este era el modus operandi de la mafia, en su punto más álgido los años 80 y 90 en Italia. Los vínculos con empresarios y la influencia sobre los jueces jugaban un papel clave para el desarrollo de sus negocios. En el 2025, las cosas han cambiado. Más de treinta años después de ser grabadas, las autoridades italianas han encontrado las transcripciones de unas escuchas telefónicas realizadas en los años 90 en el marco de una investigación sobre la infiltración de la mafia siciliana Cosa Nostra al sector empresarial y que podrían ser claves para resolver uno de los casos más oscuros de la historia judicial del país. Estos documentos, cubiertos de polvo y abandonados en archivos que no se utilizaban desde hace décadas, fueron descubiertos esta semana por la Guardia de Finanzas (policía financiera italiana) en los sótanos de la Fiscalía de Palermo (en el sur de Sicilia). Los documentos se encontraron dentro de cuatro sobres amarillos con sellos oficiales de 1992, según confirmaron las autoridades este sábado.
Los vínculos de la mafia con las empresas
Las escuchas forman parte de la investigación conocida como Mafia y contratos, que examinaba la penetración de Cosa Nostra en empresas vinculadas al poderoso Gruppo Ferruzzi. Según algunas hipótesis, esta vinculación sería uno de los motivos reales del asesinato del juez Paolo Borsellino en Palermo el 19 de julio de 1992. Borsellino formó, al lado de su colega Giovanni Falcone, la pareja de jueces antimafia más simbólica de Italia. Pero este murió en un atentado de coche bomba, conocido como la masacre de Vía de Amelio, del cual y aunque la mafia fue declarada culpable del atentado, su familia está convencida de la complicidad del Estado en el asesinato, que se produjo, según alegan, en un momento de connivencia con la Cosa Nostra.
La Fiscalía de Caltanissetta (sur), bajo mandato de la Fiscalía Antimafia (DDA), investiga ahora si estos documentos fueron intencionadamente ocultados o excluidos de las actuaciones judiciales, después de que las cintas de audio originales fueran recuperadas hace años, pero su validez quedara comprometida por la falta de transcripciones oficiales. Según fuentes del caso, citadas por medios locales, en un documento interno de la Fiscalía de Palermo se ordenaba la destrucción de las cintas en una anotación añadida a mano por el exfiscal adjunto Giuseppe Pignatone y firmada por el entonces fiscal Gioacchino Natoli, los dos actualmente investigados por favorecimiento agravado a la mafia.
La sospecha de la Fiscalía es que se intentó archivar de forma deliberada parte de la investigación, que señalaba vínculos entre importantes empresarios palermitanos y jefes mafiosos, como Antonino Buscemi, vinculado directamente al expediente Mafia y Contratos. El contenido de las transcripciones es analizado ahora por los investigadores y, en función de su coincidencia con las grabaciones existentes, podrían llevar a reabrir una de las investigaciones más sensibles de la historia judicial italiana reciente.