En medio del temblor climatológico -con nevadas y mala gestión a la par, ya que estaban anunciadas- y del repunte de los datos del coronavirus, en los que Catalunya reporta un riesgo de rebrote de 640, casi 4.000 positivos al día, una altísima mortalidad (60 en la última jornada) y una presión hospitalaria que no da tregua (2.356 personas ingresadas, 157 más que el viernes; y 495 pacientes en las UCI, 66 personas más), han pasado muy desapercibidos los datos de empleo que se han dado a conocer y que certifican que España lidera la tasa de paro de la zona euro (16,4%), por delante de Grecia (16,1) y Lituania (10,4%). Eso por no hablar del paro juvenil, que ha ascendido al 41%, unas cifras que por si solas ya deberían darnos vergüenza.

Son unos números terrorríficos, ya que no tienen en cuenta, además, el efecto de los ERTE que, en muchos casos, camufla futuros paros ya que no habrá manera de remontar muchos de los empleos que allí se refugian. España dobla la media europea (8,3%) en plena pandemia, sin saber a ciencia cierta si está en la segunda o en la tercera ola y perdida respecto a las medidas que debe adoptar para reflotar la economía ya que la maquinaria no se puede reactivar sin ayudas a las empresas que antes del Covid-19 tenían una buena velocidad de crucero.

Para acabar de rematarlo, no se sabe muy bien cuál va a ser el destino de las importantes ayudas económicas que vienen de Europa, y cunde el temor de que, una vez más, se tome el camino equivocado y lejos de servir para modernizar la economía española se acaben tapando los agujeros de los de siempre. Una fórmula de sobras conocida y que parece no entender de colores en Madrid: funciona cuando gobierna el PP, funciona cuando gobierna el PSOE y funciona cuando gobiernan PSOE y Podemos.

El horizonte que tiene la economía española por delante da vértigo y lo más preocupante es que no se vislumbra un cambio de paradigma. El gobierno español, igual que el catalán, aplica aquella máxima del ir tirando. Con una diferencia: la reducción de la autonomía catalana a niveles desconocidos provoca que no se pueda hacer nada, ya que la asfixia económica es insoportable. Y eso ya no es responsabilidad de Rajoy sino de un incapaz gobierno de coalición de izquierdas. Ahora, que lo expliquen Sánchez e Iglesias: ¿por qué hemos de estar eternamente condenados a ser el país con más paro?