Si la presidenta del grupo parlamentario de Junts per Catalunya y vicepresidenta del partido, Míriam Nogueras, pretendía una puesta en escena efectista de ruptura con el gobierno español y con el PSOE, esta vez sí que lo ha conseguido. Si el pasado lunes 27, en Perpinyà, tras la reunión de la ejecutiva del partido y en los días sucesivos, habían surgido voces de que todo se parecía mucho a más de lo mismo y que era una ruptura fake de la legislatura española, esta vez Nogueras, de la mano del president Carles Puigdemont, presentó en el Congreso de los Diputados la máxima iniciativa política y legislativa que un grupo de siete diputados puede llevar a cabo en solitario. Mientras ofrecía una conferencia de prensa, la legislatura española quedaba bloqueada con la presentación en el registro de la Cámara Baja de enmiendas a la totalidad de cada una de las leyes que el gobierno del PSOE y Sumar tienen presentadas. O sea, las 24 leyes que PSOE y Sumar tienen actualmente en trámite en el Congreso y las 21 que ya están terminando su tramitación en fase de ponencia.
Harán lo mismo con las nuevas leyes que salgan del Consejo de Ministros de Pedro Sánchez. También tendrán su enmienda a la totalidad cuando lleguen al Congreso de los Diputados, como, por ejemplo, los nuevos presupuestos generales del Estado o las denominadas ley Bolaños o ley Begoña, que así se refirió a ellas la diputada Nogueras. A partir de ahora, va a dar igual lo que haga el gobierno que Junts va a decir que no. El partido de Carles Puigdemont decidió dar este paso, que en la práctica bloquea la legislatura española, después de que el gobierno español y el PSOE rebajaran su movimiento de hace diez días, tendieran a ridiculizarlo y se dedicaran a explicar que nada iba a cambiar, seguiría la negociación de una manera más discreta con los socialistas y que la ruptura —la congelación de relaciones, decían en Moncloa— tenía mucho que ver con los problemas electorales que afectaban a Junts y el crecimiento de Aliança Catalana. Este ninguneo enervó al partido independentista y se preparó con enorme discreción la respuesta pública de este jueves, que desconocía buena parte de la dirección más reducida del partido e incluso alguno de los diputados, que fueron convocados de urgencia a estar hoy en Madrid, ya que esta semana no hay sesión plenaria.
Los números ya no le dan, los proyectos legislativos no van a ser aprobados y el humo sobre relatos de proyectos de ley va a salir quemado desde la misma sala del Consejo de Ministros
Pese a la reacción pública del PSOE y de Moncloa, de mano tenida a los independentistas catalanes, es evidente que la procesión va por dentro. La pregunta, para muchos retórica, hasta este jueves de Junts a Pedro Sánchez sobre como pensaba gobernar a partir de ahora, se ha quedado sin respuesta alguna ni tan siquiera para especular. Los números ya no le dan, los proyectos legislativos no van a ser aprobados y el humo sobre relatos de proyectos de ley va a salir quemado desde la misma sala del Consejo de Ministros. Los socialistas, sin embargo, van a contener cualquier reacción virulenta y se lo van a jugar todo a la respuesta del Tribunal Constitucional a los recursos presentados por Puigdemont para que levante la orden de detención que pesa sobre él por parte del Tribunal Supremo. El expresidente del gobierno y mediador con Junts per Catalunya, José Luis Rodríguez Zapatero, hace meses que les asegura que eso va a pasar y que solo es cuestión de tiempo. Que Cándido [Cándido Conde-Pumplido, presidente del TC] tiene la mayoría de miembros del Constitucional para llevarlo a cabo.
Esa es la última baza de que dispone Moncloa para tratar de restablecer un diálogo con Puigdemont, porque la oficialidad del catalán en Europa ya se da por perdida y la transferencia de las competencias de inmigración, también. El Partido Popular, siempre esquivo y frío ante los movimientos de Junts, ha pedido una comparecencia urgente de Pedro Sánchez para que explique como pretende garantizar la gobernabilidad de España a partir de ahora. Se da la circunstancia que la mayoría en la Mesa del Congreso es diferente a la del Congreso, con lo que no parece probable que antes de Navidades se incorpore un punto de esta naturaleza al orden del día de alguno de los plenos que se realizarán. Todo quedará en preguntas en las sesiones de control, a menos que Alberto Núñez Feijóo dé un paso más hacia una moción de censura que hoy sabe que no ganaría. ¿En el futuro? La respuesta hoy tendría que ser que no, pero la política a medio y largo plazo cada vez es más imprevisible. ¿Pero tanto?