La última encuesta del Centre d’Estudis Opinió (CEO), publicada el pasado 24 de noviembre, confirmó el ascenso de Aliança Catalana en la intención de voto de los catalanes, hasta el punto de que empataría con Junts per Catalunya en unas eventuales elecciones al Parlament, en una horquilla de entre 19 y 20 escaños, y un 11-14% de intención de voto. La tercera oleada del Baròmetre de Opinió Política del CEO también constató que un 51% de los votantes del partido que lidera Sílvia Orriols se declaran no independentistas. En concreto, según la encuesta, solo el 48% de los votantes de Aliança Catalana priorizan la independencia, mientras que el 26% querrían ser parte de una España federal, un 21%, una comunidad autónoma de España, y el 4%, una región del Estado español. Ante esta situación, Orriols ha asegurado que sus partidarios priorizan “el modelo de estado que ofrecemos: seguridad, prosperidad y valores occidentales”, por encima de romper con España. Aun así, la líder de Aliança ha reivindicado el independentismo como base ideológica de su partido, a pesar de que se le recrimina que no haga suficiente ostentación en el Parlament. “Somos la fuerza más minoritaria y tenemos pocas intervenciones anuales, pero en cada discurso lo reivindicamos entre nuestras aspiraciones”, ha afirmado, y asegura incluso que la Declaració Unilateral de Independènci (DUI), será “el primer punto que incluiremos en el programa electoral” y que su partido se siente “legitimado para llevarla adelante”. Esta reivindicación la ha hecho en L’Hemicicle, el programa de 3CatInfo, sobre el Parlament de Catalunya, que este sábado tiene como protagonista de la entrevista a la líder de Aliança Catalana.
Orriols reconoce que es consciente del crecimiento que ha tenido su partido en los últimos meses. “Lo notamos tanto en Ripoll como cuando nos desplazamos por el resto de Catalunya”, cosa que les da confianza para “seguir con la lucha que hemos empezado”. En esta entrevista de L’Hemicicle, donde se suele preguntar a los entrevistados por cuestiones relacionadas con decisiones parlamentarias y también algunos gustos personales, Orriols ha reconocido que los partidos con los que Aliança se siente más cercanos ideológicamente son “Junts y el PP”, con quienes asegura que “coincidimos” en muchos aspectos, aunque “el cordón sanitario” que sufren, les “imposibilita llegar a acuerdos de gobernanza”, lo cual les obliga a buscar mayorías municipales que le permitan implantar sus políticas sin necesidad de pactos.
Una de ellas, que es la que atrae a muchos de los votantes de Aliança Catalana, es la que afecta a la inmigración (el 29% de sus votantes consideran que es el problema más importante de Cataluña), con un discurso claramente islamófobo. Orriols reconoce que es complicado aplicar sus políticas antiinmigración, porque la competencia está en manos del Estado, lo que considera que es “una de sus armas arrojadizas” contra Catalunya**, y por eso, no podrán abordar cuestiones como el control fronterizo hasta que “no tengamos un estado catalán”.*Aun así, la manera de atacar el problema de la inmigración ante la imposibilidad de conseguir una moratoria, es “retirar todas las ayudas y subvenciones para evitar el efecto llamada”. Cuestionada sobre el hecho de que las estadísticas oficiales demuestran que la mayoría de ayudas sociales van a parar a españoles y no a inmigrantes, Orriols sostiene quelas cifras no cuentan “a las personas que han sido nacionalizadas” pero que vienen de fuera, e insiste en que “no puede ser que la inmigración devenga una carga social y económica para los que ya estábamos”.
La líder de Aliança Catalana también se ha mostrado muy crítica con la ley que se aprobó el jueves para poner fin al fraude con el alquiler de temporada y de habitaciones en Catalunya con los votos del PSC, ER, los Comunes y la CUP; Junts solo a una parte de la ley y los votos en contra del PP, Vox y Aliança Catalana. Orriols opina que “el intervencionismo de las instituciones ha hecho mucho daño” en la política de vivienda, y que “la inseguridad jurídica, el marco normativo cada vez más inflexible y las ocupaciones no contribuyen a mejorar la situación”, y la solución no puede pasar por “intentar criminalizar a los propietarios”.
Orriols también opina que “el sistema de pensiones español es una estafa piramidal”, una frase que también utiliza Vox aunque asegura que “no era consciente” de esta coincidencia. “Clarísimamente, es un modelo de estafa porque no cobras si no hay alguien detrás que paga”, y cree que el modelo suizo puede ser una buena alternativa. “Te permite que tengas un poder adquisitivo mucho más alto y te hagas responsable de tu futuro, de gestionar tu dinero”. La alcaldesa de Ripoll, que compatibiliza este cargo con el de diputada en el Parlament, se ha defendido de las críticas sobre que no participan en las comisiones parlamentarias. “No tenemos el potencial del resto de partidos, solo somos dos diputadas, y cuando no vengo a las comisiones es porque tengo otra responsabilidad con la ciudadanía como alcaldesa de Ripoll”. Igualmente, ha defendido que su partido no haya renunciado a las subvenciones, a pesar de estar en contra de que los partidos políticos las cobren, porque eso sería "un agravio competitivo respecto al resto de partidos". En el plano personal, Orriols se ha definido como una persona “humilde y honesta”, ha reconocido que le gusta “cocinar” y que tiene maña con “los estofados y el pollo con ciruelas”, y por último, ha confesado cuál es su mayor deseo: “Ver mi país libre”.