Empiezan a caer. La Universitat de les Illes Balears (UIB) ha decidido cerrar la calefacción por el alto precio de la energía. La institución ha anunciado este viernes que ha puesto en marcha "un plan de ahorro energético con el objetivo de reducir el consumo y el coste de la factura de la electricidad, vista la escalada de precio de la energía y del gas que han conducido la universidad a una situación de emergencia energética". Será a partir del lunes 14 de marzo cuando "se apliquen varias medidas excepcionales con la finalidad de conseguir ahorrar consumo y, en consecuencia, en la factura eléctrica", se informa en un comunicado.

La UIB pagó el año 2021 más de 2,4 millones de euros de factura eléctrica, "una cantidad muy superior al millón de euros que se pagó el año anterior". Pero la cifra de este año es exagerada: calcula que "el coste para el año 2022 podría llegar a casi seis millones de euros, cifra que representa un 4,8% del presupuesto total de la universidad para este año". Ante estos números y el aumento de precios, la institución se ha visto obligada a "adoptar medidas de racionalización para asegurar que la actividad propia de la universidad, la docencia, la investigación y la transferencia de conocimiento, pueda continuar". Así pues, "se anularán todos los sistemas de climatización y solamente se mantendrán activos los que sean imprescindibles por motivos de seguridad en las instalaciones críticas o para la continuidad de la actividad investigadora que lo requiera". "Tampoco se podrán utilizar aparatos individuales como calefacción o frío", detalla el comunicado.

Instalación de placas fotovoltaicas

Toda una serie de medidas adicionales completan el plan que pondrá en marcha la UIB a partir del lunes. "Al acabar la jornada laboral, se dejarán apagados todos los aparatos informáticos que vayan conectados a la red eléctrica (ordenadores, impresoras, fotocopiadoras, escáneres y otro material electrónico). También se tendrá que apagar la luz de todas las dependencias cuando no haya nadie", explica. Al mismo tiempo, "el alumbrado exterior del campus también se reducirá aproximadamente a un tercio de su capacidad, excepto el de sitios sensibles, como es la residencia universitaria". Para contrarrestar este recorte, la universidad ha informado de que se incrementará el servicio de seguridad en el campus. En esta línea, "los edificios de la universidad permanecerán durante los periodos no lectivos de Pascua, verano y Navidad". De hecho, "a partir de día primero de abril, el horario de cierre de los edificios se avanzará de las 22.00 a las 21.00 horas".

No todo son restricciones al uso energético: la UIB ha estado propositiva. De esta manera, "estudiará otras posibilidades para reducir el consumo energético" y acelerará el proceso de elaboración de un plan para la instalación de placas fotovoltaicas en los edificios del campus. Igualmente, la institución ha querido "subrayar la excepcionalidad de estas actuaciones, que se modularán en la medida en que el contexto energético devuelva a una situación de normalidad". "De la misma manera, quiere remarcar que las medidas mencionadas tienen como única finalidad el ahorro energético y no implicarán restricciones en las condiciones vigentes de la jornada, los permisos, las licencias y las vacaciones del PAS, que en todo caso se consensuarían con la Junta de Representantes," concluye el comunicado.