Móra la Nova ha decidido cerrado todas las cuentas que tiene con el BBVA como protesta por el trato de la entidad a las personas mayores. En un comunicado publicado en sus redes sociales, el consistorio ha comunicado su decisión y lo ha justificado por "la disminución de servicios del banco hacia sus clientes, especialmente, aquellos que afectan más a la gente mayor". Desde hace unos meses la entidad bancaria ofrece una atención al cliente parcial. Esta situación obliga a los clientes a utilizar otros métodos, como los cajeros o los medios telemáticos y digitales, incluso, en algunos casos hacen falta desplazamiento a Mora d'Ebre. Todo es un impedimento para los ciudadanos, en especial las personas mayores.
La brecha digital entre generaciones cada vez es más pronunciada. Las personas mayores se tropiezan consigo con un muro cuando se encuentran con que su única alternativa para hacer sus gestiones bancarias es a través de internet. La atención parcial de la entidad agrava esta situación según el ayuntamiento. No puede ser que los bancos cada vez desatiendan más a aquellas personas más afectadas por la brecha digital. Nuestros convecinos de más edad merecen que los atiendan como es debido, no que se les abandone", ha enfatizado el alcalde de Móra la Nova, Francesc X. Moliné.
El consistorio irá cerrando progresivamente las cuentas que tiene con el BBVA y también se liquidarán los créditos cuando les sea posible. Desde el ayuntamiento advierten que esta medida se tomará de forma progresiva para "evitar posibles penalizaciones".
Un trato "más humano"
La brecha digital, en especial en el sector bancario, está dificultando la vida de miles de ciudadanos que ya hace tiempo que denuncian esta inequidad. Se trata de una problemática que no solo se circunscribe a Catalunya, también se extiende para el Estado español, donde Carlos San Juan empezó la campaña "Soy grande, no idiota". El urólogo de 78 años ha ido recogiendo firmas reclamando un trato "más humano" por parte de las entidades bancarias.
San Juan entregó de manera simbólica las 600.000 firmas que había conseguido en el Ministerio de Economía a principios de febrero. De esta manera pretendía visibilizar un problema que sufren miles de personas mayores. La campaña busca cambiar el modelo de digitalización de los bancos para que las personas mayores no queden desatendidas por su dificultad con las nuevas tecnologías. Sus acciones captaron la atención de la ministra de Asuntos económicos, Nàdia Calviño, quien salió del edificio del Ministerio y habló con San Juan ante los medios asegurando que la suya pedida será "una prioridad absoluta".