Chakir El Homrani Lesfar (Barcelona, 1979) es conseller de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias. Hijo de padres marroquíes y nacido en Barcelona, estudió Sociología y llegó al mundo político desde las juventudes de la UGT y la militancia en Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Recibe El Nacional en el Departamento de Trabajo de la calle Sepúlveda, sede del Govern conocida por las mediaciones en conflictos laborales y sindicales. Pero más allá del mundo del trabajo, las tareas diarias de la Conselleria de Trabajo van mucho más allá. Hablamos del paro, de la revolución tecnológica, de los ERE y de la situación de los menores migrantes no acompañados, que acaba con un mensaje clave: "Ante los pensamientos racistas, la convivencia no es el problema, es la solución".

Chakir El Homrani Conseller - Sergi Alcàzar

Los últimos datos del paro muestran una bajada de los parados del 3,5% el abril en Catalunya. Usted dijo que el hecho de aumentar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta los 900 euros no había afectado nada a la creación de empleo.
Exacto. Los datos son un ejemplo muy claro que se pueden mejorar las condiciones laborales y el ámbito salarial sin que afecte a la creación de empleo. Este es uno de los aspectos claves entorno el cambio de modelo económico en algunos sectores de este país y en los retos que tenemos en el mundo del trabajo. Es absolutamente necesario cambiar esta visión que la competitividad va ligada a salarios bajos. No puede ser así, tienen que ser salarios dignos porque nuestra competitividad como país no se jugará con los salarios, se jugará en otros ámbitos.

¿Como cuáles?
Tenemos un sector industrial que es potente, que tiene buena salud, que ha hecho unos ejercicios en la época de crisis importantes de diversificación y de internacionalización. Pero después tenemos otros ámbitos que todavía están muy inmersos en esta lógica de competitividad a partir de salarios, y eso lo tenemos que superar porque necesitamos incrementar el consumo interno y una mejora de condiciones que acabe mejorando el modelo de país que construimos. La parte positiva que tienen los últimos datos del paro es que aquel elemento que todo el mundo situaba como una pérdida de empleo no se ha dado. La subida del SMI todavía no cumple la Carta Social Europea y tampoco tenemos la posibilidad de que cumpla las especificidades que tenemos como país; necesitamos todavía un SMI más alto. Y eso lo tenemos que decir en voz alta y no nos tenemos que preocupar ni jugar el juego de aquellos que hacen alarmismo. No es nuestro modelo de competitividad ni lo será, por el entorno económico donde estamos situados y por el modelo de país que queremos.

¿Cuál es el Salario Mínimo al que aspiramos a llegar?
El 60% del salario medio, que es el que marca la carta europea, y que en Catalunya representaría casi unos 1.200 euros. Es este el objetivo porque no se puede dar la situación que ahora mismo se da, de personas trabajando a jornada completa que están en situación de vulnerabilidad o en riesgo de pobreza.

Hay algunos sectores que quieren crecer y no encuentran personal cualificado

La lucha contra la pobreza va vinculada a dos variables clave: el trabajo de calidad y la vivienda asequible. De la vivienda no puedo hablar demasiado, pero el trabajo de calidad es el elemento que más nos preocupa y que estamos intentando trabajar el máximo posible a través de los instrumentos que tenemos. No tenemos todas las herramientas ni la posibilidad de regular el marco normativo del mundo del trabajo, pero sí que tenemos algunos instrumentos y es nuestra obligación utilizarlos bien.

¿Cuáles son?
Hay uno que es clave, compartido con el departamento de Educación, que es la Formación Profesional. Estamos trabajando mano con mano con Educación en la verdadera integración de los dos subsistemas y tratando de dar una respuesta a esta realidad con que nos encontramos, que es que hay sectores de este país que quieren crecer y no encuentran personal cualificado.

La educación es clave, pero también poder reciclarse...
Sí. No hay mejor manera de apoderar los ciudadanos y ciudadanas en el ámbito del trabajo que teniendo una buena calificación profesional y tener las herramientas para recalificarnos, porque tendremos que hacerlo más de una y dos veces a lo largo de nuestra vida profesional. Eso tiene un doble beneficio: un beneficio directo para la persona porque está en mejores condiciones de afrontar el mundo del trabajo, y también un beneficio para las necesidades que tiene el sector productivo y para las empresas. Además, es clave para el cambio de modelo que en algunos sectores tenemos que impulsar, un modelo mucho más basado en la calidad que en la competitividad por salarios bajos.

Este 12 de mayo entra en vigor el registro horario obligatorio en las empresas. ¿Cómo lo valora?
La propuesta de registro horario que hace el gobierno del Estado no la veo mal pero hay que empezar por lo que es prioritario. Lo primero que habría que hacer es afrontar aquellas reformas laborales de las cuales siempre han dicho que están en contra. Una la aprobó el mismo Partido Socialista, la otra el PP.

¿Cuál es el gran problema de la reforma laboral?
Hay varios aspectos que sabemos que son clave en torno a la calidad del trabajo: la preponderancia de convenio, devolver la capacidad de autorización administrativa de un expediente de regulación, el artículo 42 de los trabajadores y como hacemos un buen control de los procesos de subcontratación, etcétera.

La reforma laboral ha hecho que empresa y trabajadores no tengan la misma fuerza

En este sentido, se puede discutir si se cambia una parte o si se deroga toda, pero lo que está claro es que se ha precarizado el mercado laboral y no podemos continuar de esta manera. Hay un elemento preocupante que es la democracia en el mundo del trabajo; la reforma laboral lo que ha hecho es que las partes -empresa y trabajadores- no tengan la misma fuerza, y eso es un problema.

Chakir El Homrani Conseller - Sergi Alcàzar

Pedro Sánchez prometió derogar la reforma laboral, pero en un año en el poder no lo ha hecho. ¿La derogación de la reforma laboral será una de las condiciones para pactar con el PSOE?
Es cierto que los socialistas siempre han dicho que se haría, y al final, nada. Nosotros siempre lo hemos defendido desde de ERC, y todos los decretos ley que significaban avances entorno las condiciones laborales y sociales de los ciudadanos y ciudadanas se votaron a favor. Sólo votamos en contra de uno que básicamente estaba pensado para los fondos buitres. Pero la situación política del país ahora mismo es muy compleja.

No estamos en una situación de líneas rojas, estamos en situación de asumir los resultados electorales

Nosotros ya lo hemos dicho: no estamos ahora mismo en una situación de líneas rojas, estamos en una situación de asumir los resultados electorales. Asumimos que la dicotomía que ciertas instituciones del Estado y ciertas fuerzas políticas han querido situar en nuestro país, que es o represión o renuncia, no se ha aceptado. Aceptamos que la persona más votada en Catalunya está en prisión preventiva. Somos conscientes de que estamos ante un conflicto político, no de un conflicto penal y tampoco de un conflicto social. A muchos les gustaría que fuera un conflicto social pero entonces es que conocen muy poco la ciudadanía de este país. No hay un conflicto social, es político. Y este es el marco en el cual el futuro gobierno del Estado tiene que decidir.

No puedes pedir a la mayoría de un país que renuncie a un proyecto político, ni responder de que es o renuncia o represión

Tú no puedes pedirle a una mayoría de un país que renuncie a un proyecto político, ni puedes responder que es o renuncia o represión. Creo que en el 2019 en el marco de la Unión Europea ésta no es una respuesta razonable y la ciudadanía ha dado un mensaje muy claro. Además, las fuerzas que siempre han jugado más a un mensaje de absoluta tensión como son el PP, Cs y la extrema derecha de VOX, que entre todos han blanqueado, sacaron 7 de 48 diputados. Este también es un mensaje de la ciudadanía. A partir de aquí también hay otros elementos más concretos y más del día a día que estaría bien que cumplieran.

¿Como cuáles?
La reforma laboral que comentábamos es un ejemplo. El cumplimiento de la ley de dependencia sería otro.

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Cada vez hay más empresas que inician Expedientes de Regulación de Empleo (ERE). Gas Gas, CaixaBank o Nissan son algunos ejemplos. ¿Es un síntoma de alarma?
No tenemos una sensación preocupante, sí que hemos visto un pequeño repunte, pero básicamente está muy ligado a ERE por motivos organizativos y no económicos. Creo que los propios datos de creación de empleo muestran que tenemos un sistema económico y un tejido productivo con capacidad de competitividad y productividad. Pero sí que vamos haciendo una monitorización y hemos notado el pequeño incremento, pero no lo podremos visualizar del todo hasta que no pase más tiempo.

¿El hecho de que se trate de EREs por temas organizativos, no cree que se está dando un mensaje de alerta por la revolución tecnológica que está sufriendo el sector laboral?
El tejido productivo tiene que saberse adaptar y tiene retos. Tenemos un muy buen tejido industrial pero tenemos que generar un entorno que sea positivo, también porque habitualmente las mejores condiciones laborales están en el ámbito industrial. Es un hecho: cuando se crea empleo en el ámbito industrial se crea en todos los sectores; es un sector matriz.

¿Cómo se tiene que enfocar a largo plazo esta revolución tecnológica en el mundo del trabajo?
Esta es una desazón que ha sido histórica, y siempre que vamos a evoluciones en el modelo productivo, hay este nerviosismo. Un ejemplo muy claro es el ludismo, que era la desazón de los trabajadores de la manufactura que creían que la introducción de las máquinas les quitaría puestos de trabajo. Habitualmente, de la misma manera que desaparecen antiguas metodologías de trabajo, se crean nuevas. Esta desazón es normal pero creo que tenemos muchos ejemplos que la revolución de la industria 4.0 y el mundo del trabajo al que iremos evolucionando tendrá puestos de trabajo diferentes. Por eso doy tanta importancia a la capacidad de recalificarnos, porque nos hará falta y mucho. De la misma manera que desaparecerán ciertos puestos de trabajo, aparecerán otros, y tenemos que estar preparados y hacer que el modelo de trabajo mantenga este elemento del contrato social que el trabajo te permite emanciparte y vivir con dignidad.

El debate más extenso es sobre si habrá paro tecnológico o no.
Tú puedes tener fracturas y desigualdades en muchos ámbitos, y uno de los aspectos que tenemos que analizar es de qué manera no generas desigualdades según tu acceso y tu conocimiento de la tecnología, por eso es clave la formación, para evitar que nos encontremos en una situación de desigualdad tecnológica que afecte a desigualdades sociales y económicas.

El Mobile World Congress es un ejemplo de eso.
Yo fui a visitar el Mobile pero visité elementos de tecnología vinculados a los asuntos sociales, porque también tenemos que tener presente que la tecnología es también una oportunidad de mejorar las políticas de elementos sociales. Lo tenemos que recordar en todos los ámbitos de innovación tecnológica, que si lo que hace es agrandar la fractura social, no será útil. Y al final lo que es más clave es que sea útil para las personas, sino no tiene sentido.

Chakir El Homrani Conseller - Sergi Alcàzar

Hablamos del mundo patronal. Usted hizo de mediador en el conflicto entre Foment del Treball y Pimec. ¿Realmente se ha alcanzado la paz patronal con este acuerdo de representatividad?
Entorno la relación entre las dos patronales, lo que sí que estaba claro es que había un problema que se ha judicializado desde el 2008 y que era un conflicto que afectaba no sólo a las patronales, sino a la capacidad de concertación y al diálogo social. Hacía falta una solución. Yo estuve muy contento con el acuerdo y agradecí el esfuerzo que hizo todo el mundo, principalmente desde las patronales. Sí que es verdad que el acuerdo fue posterior a que ya estubieran presentadas las listas en la Cámara, y eso también distorsionó. Y también es verdad que un conflicto con tantos años de historia, incluso en el momento en que presentaron el acuerdo no pudieron evitar discutirse entre ellos. Pero para nosotros es clave y es una buena noticia para el tejido empresarial del país, y nos permite un espacio más claro de concertación. Y teniendo las limitaciones que tenemos, porque no podemos hacer un marco normativo laboral desde el departamento, es importante la capacidad que tenemos de trabajar entorno la concertación del diálogo social con patronales y sindicatos, porque podemos aprovechar otros ámbitos que regulan.

Póngame un ejemplo.
Antes hablábamos sobre el salario mínimo. ¿Ahora mismo nosotros no podemos regular el SMI porque es competencia del Estado, y qué manera de incidencia podemos tener? Trabajando conjuntamente y llegando a acuerdos entorno de cuáles son los salarios mínimos a negociar en los convenios, de qué manera crearíamos un salario catalán de referencia... Y esta solución del conflicto patronal nos facilita mucho todo eso. Y sí que se está notando el acuerdo, están cambiando las composiciones de los consejos. Al final, las patronales defienden los intereses de los empresarios de este país, y con muchas cosas irán de la mano. Igual en otros compiten, y no pasa nada, pero es lo mismo que los sindicatos y con ellos lo tenemos muy más interiorizado. Lo que tenemos que ver con más naturalidad es que puede haber elementos en que piensen diferente, pero que en el ámbito de diálogo social y de concertación en la defensa de sus intereses vayan a la una.

La Conselleria de Trabajo también se dedica a los Asuntos Sociales. En este ámbito, el punto más candente ahora mismo es el de los jóvenes migrados no acompañados -o mal denominados MENA-. ¿Cuál es el problema real?
El problema es que lo hemos convertido en una categoría de una realidad que es muy diversa, y al final acabamos estigmatizándolos.

Se ha comentado muchas veces la delincuencia que se genera en estos espacios y con estos colectivos...
Este es uno de los elementos del estigma. Cuando hay un caso delictivo de un joven que no es un joven migrado solo, no pensemos que todos los chicos de aquel barrio son así, no pensamos que todos los jóvenes que van al mismo instituto son así, etcétera. En cambio, en relación a los jóvenes migrados, como cuándo sale la noticia se le da una importancia vital a su origen, acabamos situando que todos son así. Es el más peligroso: la estigmatización. Hemos acabado tratando a los individuos a partir de una etiqueta que damos a un colectivo, y eso es el germen de un pensamiento que es muy peligroso. ¿A partir de aquí, que la situación puede ser compleja en algunos casos? Sí.

¿Cómo se afronta?
Con las dificultades en torno a un fenómeno del cual tú no tienes controladas todas las variables (llegadas, temas administrativos...), nuestra preocupación va en dos líneas. La primera, acoger a todos estos jóvenes, introducirlos al sistema de protección, siendo conscientes de que hay algunos -que son muy minoritarios pero son los que más se visualizan- que son reacios a los sistemas de protección. ¿Y la segunda, de qué manera aseguramos que cuando salen del sistema de protección no son vulnerables? Mirando que hayan podido hacer un buen proceso de inclusión social y hayan podido tener un buen proceso formativo para su inserción laboral, con el fin de poder aprovechar el potencial de cualquier ciudadano que forma parte de nuestra sociedad.

Los jóvenes migrados solos no afectan sólo en Catalunya sino en todo a Europa, y los populismos juegan con este tema

Después hay aquellas situaciones que son muy minoritarias, y las tenemos que tratar como lo tratamos con cualquier colectivo. Hay un pequeño porcentaje que son más reacios a entrar en el sistema de protección, y aquí se tiene que hacer un procés de acompañamiento porque el sistema de protección de infancia no es un sistema de centro cerrados; un buen procés de inclusión social significa salir, ir a la escuela, ir a centros de nuevas oportunidades, etcétera. No es una reclusión, no se puede limitar la libertad; quien hace eso es el poder judicial, no tiene que ser la administración y menos la protección.

Chakir El Homrani Conseller - Sergi Alcàzar

¿Qué programas se impulsan para solucionar esta problemática?
Estamos muy contentos del programa de Mentoría, que hasta hace un año se hacía en el ámbito de los refugiados y ahora lo hemos ampliado para los jóvenes migrados solos. Porque al final la mejor manera de luchar contra el estereotipo es la integración y la inclusión; la mentoría en este aspecto funciona muy bien. Siempre, sin embargo, siente conscientes de una realidad: no es un fenómeno que afecte sólo en Catalunya sino en toda Europa, y estamos en un momento en que los populismos juegan con este tema, y al final es peligroso porque acabamos pudiendo valorar a una persona por prejuicios con todo el colectivo, o valorar un colectivo por un prejuicio de un individual, y eso es lo peor que puede pasar.

¿Entendemos pues que las situaciones de conflicto entre estos jóvenes son minoritarias y demasiado visualizadas?
No pretendo ser naïf con este tema, pero se tiene que situar que la grandísima mayoría de este colectivo no genera problemas. Y estas cuestiones van ligadas a un problema de vulnerabilidad muy complejo. Hacer un procés migratorio siendo menor de edad tiene una doble vulnerabilidad: la de haber hecho un procés migratorio en una situación muy difícil y la de ser un niño o adolescente.

Ante los pensamientos racistas, la convivencia no es el problema, es la solución

Hay que tener presente que estos chicos y chicas cuando migran es para poder tener una vida mejor, para poder ganarse la vida y ayudar a sus familias, y les es muy difícil de gestionar la frustración, porque muchos llegan y se piensan que es llegar y moler. Cuando llegan y se dan cuenta de que es más complicado de lo que creían, que tienen que aprender una lengua, que el mercado laboral es de difícil inserción, que el procés de regularización tarda entre 10 y 12 meses... No tiene ningún sentido que un chico que entra al sistema de protección, durante casi un año no tenga papeles. Todo eso al final es más complicado y son niños y adolescentes con una realidad dificultosa. Y aquí también lo podemos aprovechar porque al final un chico o chica que ha hecho este procés migratorio sol tiene un potencial enorme, una capacidad de autonomía y de tomar decisiones y salir adelante muy grande.

¿Por qué hay algunos que no quieren entrar al sistema de protección?
Porque puede ser que vengas con dinámicas de calle de tu país de origen, porque puede ser que tengan problemas de adicción, etc. Lo que hay que hacer en estos casos es generar mucho vínculo con el educador social y que no estén solos y se acaben no marchando del sistema de protección.

¿Cómo luchamos contra esta estigmatización?
Ante los pensamientos racistas y cualquier discriminación, la convivencia no es el problema, es la solución.

Chakir El Homrani Conseller - Sergi Alcàzar