Juan Manuel Santos Martín ha durado menos de un mes como director general de Personal de Adif, la empresa pública que administra las infraestructuras ferroviarias de España. Ha dimitido tras saberse que fue expedientado y arrestado por firmar el ”Manifiesto de los 100” cuando era teniente del Ejército, en 1981, según ha adelantado El Independiente. Ese texto acusaba a los medios de comunicación de “maltratar a las Fuerzas Armadas” y denunciaban las “injurias y calumnias” a militares de “historial brillante e intachable”, en referencia a los golpistas del 23-F de 1981, cuyo juicio arrancaba al día siguiente de hacerse público el manifiesto.

El documento también negaba que las fuerzas armadas tuvieran la necesidad de ser “profesionalizadas, democratizadas o depuradas”. Entre los firmantes figuraban un centenar largo de jefes y oficiales y el caudillo ultraderechista Blas Piñar.

Santos ha presentado su renuncia “para evitar que un uso de ese hecho basado en la mala fe y la manipulación más burda pueda dañar en lo más mínimo la imagen de la presidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, así como la reputación de la compañía”, declaran fuentes cercanas al dimisionario.

Condecorado

Adif emplea a 14.000 personas. Santos era el responsable máximo de recursos humanos de esa empresa pública, que ha confirmado la renuncia. El Independiente explica que el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, pidió explicaciones sobre el ejecutivo, pues el caso se “había convertido en un runrún” en la empresa y el ministerio.

Santos abandonó el ejército en 1981, tras ser expedientado y condenado a dos meses de arresto, sanción que fue eliminada de su hoja de servicios. En 1985 fue condecorado con la Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco por su dedicación.

El contenido y tono del "Manifiesto de los 100" da una idea de la tensión del momento y la actitud con que se manejaban entonces los militares, apenas seis años después de la muerte del dictador Francisco Franco. Por ejemplo, en este párrafo: “Los insultos y ataques a nuestros compañeros los consideramos dirigidos a la colectividad con las consecuencias a que ello de lugar, pues tenemos el Código de Justicia Militar para corregir debidamente al que cometa alguna falta, y nuestra fama y prestigio no puede estar en boca de cualquiera”.