ÚLTIMA HORA | Sigue el minuto a minuto del conflicto Rusia - Ucrania
Esta semana, el precio de la luz ha llegado a cifras nunca vistas (544,98 euros el megavatio/hora), tampoco durante el mes de diciembre, cuando parecía que había llegado en su pico. Ante esta situación, el sector energético alerta de la posibilidad de que los precios de la electricidad sigan subiendo si la guerra de Ucrania se alarga y no se toman medidas excepcionales desde la administración. "En verano tenemos poca agua, no hace prácticamente viento y tenemos mucha demanda de climatización; la luz puede superar los 1.000 euros por MWh hora", asegura el presidente del Grupo de Gestores Energéticos, José Enrique Vázquez, en declaraciones en la ACN. Según este experto, la escalada de precios tendrá "graves consecuencias" tanto para las pymes como para los consumidores, aunque el impacto mayor se notará en el sector de las comercializadoras. "Excepto las tres o cuatro grandes, el 99% restante tendrá problemas de viabilidad", apunta.

Otras voces incluso señalan que las condiciones podrían haber estado mucho peores si no fuera por la climatología de los últimos meses. Según indica el vicepresidente del Cluster de la Energía Eficiente de Catalunya, Joaquim Daura, la borrasca Franklin de febrero permitió generar una gran cantidad de electricidad a través de los molinos eólicos y el mercado asiático ha reducido la demanda de energía, incrementando la disponibilidad de barcos que transportan gas natural licuado.

Preocupación por las empresas

No obstante, la preocupación entre los expertos sigue siendo elevada. En primer lugar, por las empresas, sobre todo las pymes, que han visto como el incremento de la factura de la luz los está acondicionando enormemente. Según un estudio presentado esta semana por Pimec, el 16% de las pequeñas y medianas empresas catalanas reconocen que tendrán que cesar su actividad si no baja el precio de la electricidad, lo que se traduciría en la puesta en riesgo de 320.000 puestos de trabajo. También en esta línea, la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) ha advertido que el suministro eléctrico ya supone el 35% de los costes fijos de un negocio. "La mayoría de empresas no pueden reducir la producción como ha hecho alguna compañía electrointensiva; si se detienen, tienen que cerrar", señala Vázquez.

Este experto también apunta a la posibilidad de que se produzca "una gran ola de pobreza energética" motivada por el incremento de los suministros y los carburantes. Según cálculos de la asociación de consumidores Facua, la factura eléctrica de un usuario medio superará los 250 euros si se mantienen los precios actuales, más del doble respeto a finales de 2021, cuando el precio de la luz había alcanzado récords históricos. "Si ahora se tienen que pagar estas facturas, alquileres y gasolina para ir a trabajar, eso genera una pobreza muy importante", comenta el presidente del Grupo de Gestores Energéticos.

Por otra parte, Vázquez apunta las comercializadoras como las otras grandes perjudicadas de la situación actual. A excepción de las grandes compañías –menciona grupos como Naturgy, Iberdrola, Endesa o EDP-, asegura que el resto pueden ver comprometida su viabilidad porque no son capaces de obtener márgenes suficientes. En este sentido, pequeñas comercializadoras independientes como CatLlum o Som Energia han suspendido temporalmente las contrataciones con nuevos clientes. "A causa de la actual fluctuación de precios de luz y gas, el servicio de contratación se encuentra parado temporalmente", indican sus webs.

Cerrar el grifo del gas, una posibilidad que se descarta

La dependencia que tiene Europa del gas procedente de Rusia es relevante –este último ejercicio se ha situado entorno el 20%, pero la media es del 40%-, y Vladímir Putin ha amenazado con cortar el suministro de gas al Viejo Continente como respuesta a las sanciones que se le están imponiendo. A pesar de todo, los expertos descartan esta posibilidad. "A una parte le interesa tener el gas, y el otro necesita financiación", señala la profesora de EAE Business School, Maria Ángeles Ruiz Ezpeleta. Según esta experta, esta decisión tendría consecuencias muy duras a corto plazo para Europa, pero condicionaría enormemente la economía rusa en el largo plazo. Delante de este escenario, apunta que la estrategia de Rusia pasará por alargar la situación y mantener la subida de precios tanto tiempo como sea posible.

En el hipotético caso de que acabara sucediendo, sin embargo, habría que hacer esfuerzos extraordinarios. "No se quedaría ninguna opción más que ser capaces de hacer lo mismo que estamos haciendo ahora con el menor consumo de energía posible", señala Dora. En este sentido, subraya que la energía "no se crea de la nada" y reconoce que algunos países "tendrían que dar pasos atrás" y reabrir las centrales de carbón que se cerraron para acelerar el proceso de descarbonización.

Apostar por la transición ecológica

Para frenar la escalada de precios, los expertos apuestan por cambiar la formación de precios de la electricidad –que cada generador perciba el coste real de lo que le supone producir energía- y aplicar medidas "extraordinarias" para incidir en la factura de la luz. A largo plazo, el camino a seguir es acelerar la transición ecológica. Así lo indican de forma unánime todas las voces consultadas, que ven la dependencia energética actual de Europa como un freno para su crecimiento. "Tendremos que empezar a plantearnos que necesitamos tener aerogeneradores a la montaña o al mar al lado de nuestra casa", comenta el vicepresidente del Cluster de la Energía Eficiente de Catalunya.

De hecho, todos los expertos señalan que una de las conclusiones que se tienen que extraer de este conflicto es que hay que apostar por un sistema energético más descarbonizado y más local. "No podemos olvidar que hay un cambio climático, y eso es indiscutible", concluye Dora.