La llegada de Trent Alexander-Arnold al Real Madrid debía ser una historia perfecta. Una incorporación estrella. Un salto de calidad. Una apuesta segura. Pero la realidad es otra. Mucho más fría. Mucho más incómoda y tensa. Y en el centro de todo aparece un nombre que lo cambia todo: Xabi Alonso.

Desde el primer día, Trent tenía una condición clara. Quería ser titular indiscutible. Era lo que exigió en el Liverpool y lo que pidió en el Santiago Bernabéu. Nada de rotaciones. Nada de dudas. Nada de compartir protagonismo. Sabía que la sombra de Carvajal, capitán del equipo, era grande. Sabía que su influencia podía complicarle el camino. Y por eso buscó garantías. Garantías firmes y claras.

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Trent Alexander-Arnold EFE

Promesas incumplidas de Xabi Alonso

Antes de firmar, quiso hablar con Alonso. Una conversación privada y directa. O al menos, eso esperaba el lateral inglés. El técnico vasco lo tranquilizó. Le prometió minutos. Le aseguró confianza. Le dijo que jugaría casi todo. Que sería esencial y una pieza clave del proyecto. Y con esas palabras, Trent dio el sí definitivo.

Pero pronto todo cambió. Las lesiones lo frenaron. Lo sacaron del once. Lo apartaron de la regularidad. Y cuando volvió, ya era tarde. Su versión no convenció. No impactó. No se pareció a la del jugador que brilló en la Premier League. Ni por asomo. Y Alonso lo notó. Y empezó a tomar decisiones.

Decisiones contundentes. Decisiones que dejan un mensaje evidente: Xabi Alonso no quería, ni quiere, a Trent Alexander-Arnold. No confía en él. No lo considera indispensable. Prefiere alternativas. Y por eso mira hacia Fede Valverde. Un futbolista fiable. Intenso. Adaptable. Un recurso que el entrenador valora más.

Fede Valverde
Fede Valverde

Fede Valverde le pasa por delante

El uruguayo, que no es lateral natural, se convirtió en la opción prioritaria para el carril derecho. Una elección sorprendente. Un golpe duro para Trent. Y más aún si se tiene en cuenta que Carvajal no volverá hasta 2026. Sin competencia real, el inglés sigue siendo suplente. Una señal evidente y dolorosa.

La situación ha estallado. El malestar es grande. En el jugador y en su entorno. En quienes le aconsejaron venir. Fue suplente en Anfield. Volvió a serlo ante el Rayo Vallecano. Y aunque en Elche sí fue titular, el míster tardó muy poco en dar entrada a Fede Valverde en su lugar en la segunda parte. No entiende por qué las promesas se diluyen. Por qué las palabras de Alonso parecen haber desaparecido. Por qué la confianza se convirtió en duda.

Según el diario AS, Trent empieza a pensar que Xabi Alonso nunca fue sincero. Que nunca lo quiso realmente. Que aceptó su fichaje porque venía impuesto. Porque el club lo necesitaba. Pero no porque creyera en él. Y esa idea se clava.

La preocupación crece. El inglés teme que su rol sea secundario. Teme quedarse estancado y ser un parche. Y lo peor es que, a estas alturas, parece evidente: el técnico vasco no lo veía como pieza clave. No antes. No ahora. Ni, posiblemente, en el futuro.