Por si no fuera suficiente con un vuelo de 14 horas de vuelta desde Kazajistán, el ambiente que se respiraba en el avión distaba mucho de ser de alegría en el Real Madrid. A pesar de la contundente goleada contra el modesto Kairat Almaty, que sirvió para recuperar las buenas sensaciones que habían dejado en este inicio de curso y que habían perdido en el derbi contra el Atlético de Madrid, no todo eran caras de felicidad y de alegría.

Y es que hubo algunas piezas que no salieron con una sonrisa, como fue el caso de Vinícius Júnior. Principalmente, porque completó una nueva actuación desastrosa, muy alejada de las expectativas, aunque era un día perfecto para reivindicarse, y recuperar su mejor nivel. Sin embargo, pasó completamente desapercibido, y se vio nuevamente eclipsado por Kylian Mbappé, que otra vez fue el héroe del equipo, con un ‘hat trick’ para confirmar su increíble estado de forma.

En cambio, el astro brasileño no generó peligro, y confirmó que vive un momento muy delicado. Además, salió enfadado del terreno de juego cuando Xabi Alonso decidió sustituirlo, en el minuto 70, para meter a Brahim Díaz en el terreno de juego. Y el hispano-marroquí necesitó muy poco para ver portería, una cosa que tampoco hizo gracia al ‘7’, viendo como su sustituto estuvo mucho más acertado que él, pese a jugar mucho menos.

El ex del Flamengo no pudo ocultar su enfado y su decepción cuando abandonó el césped, y así quedó reflejado en la discusión que mantuvo con el técnico vasco, antes de llegar al banquillo. Tuvieron un cruce de palabras tenso, y se marchó muy disgustado, dando la mano al resto del staff y de sus compañeros. Es evidente que su situación no es la deseada, y en el Santiago Bernabéu exigen mucho más a un crack que está llamado a marcar las diferencias.

Pero, por ahora, ‘Vini’ ni está, ni se le espera. Y al margen de sus actuaciones, también deja mucho que desear con su comportamiento.

Vinícius no aprovechó la capitanía

Aparte, Vinícius tuvo la oportunidad de lucir el brazalete de capitán, debido a las ausencias que había, y no fue capaz de aprovechar la ocasión que se le presentó. No fue el líder que se esperaba, ni en el campo ni fuera de él, y sigue cayendo en la frustración y en la desesperación muy fácilmente.

Alonso tiene motivos para estar preocupado…