Aunque la Fórmula 1 llegaba a tierras tifosi, nada ha podido evitar que Max Verstappen firmara su undécima victoria del campeonato en el GP de Monza. Charles Leclerc, salía desde la pole, pero una vez más, ha atravesado la línea de meta resignado en el retrovisor del vigente campeón del mundo, hoy a ritmo de safety car. Verstappen va camino a revalidar el título, y ahora la pregunta ya no es si será él el campeón, sino que es cuando se proclamará.

Red Bull lidiaba con las sanciones en sus dos coches para asegurar unidades de energía frescas de cara a la recta final del camino de Verstappen hacia el alirón. El neerlandés ya lo toca con la punta de los dedos y la escudería energética siente lo mismo con el de constructores. No quieren que su victoria corra ningún riesgo, pero Verstappen no es hombre de levantar el pie del acelerador.

El show de Verstappen no cesa ni en can Ferrari

Verstappen ya salió por la puerta grande de su tierra al hacer suyo el GP de los Países Bajos, pero quería asaltar can Ferrari y empezaría a encaminarlo desde el primer giro. El '1' calzaría los blandos para empezar la carrera desde una séptima posición que cambiaría rápidamente. Fernando Alonso, que salía el sexto, le duraría pocos metros para ganarle la plaza, pero es que al final de la vuelta ya era tercero.

'Mad Max' ha volado sobre el asfalto de Monza y no escondería ninguna de sus cartas desde la arrancada. A los 13 giros ya era primero ante la parada aboxes de Leclerc, que a pesar de pasar de Plan A, a B y después a C sucesivamente, no encontraría la manera de evitar lo inevitable. Ferrari se lamentaba de que la cabeza de carrera no sería suya, pero celebraba adelantamiento tras adelantamiento de un Carlos Sainz inspirado.

Carlos Sainz, de antepenúltimo a cuarto

Monza se prestaba para los remontadas. Retahíla de sanciones por modificaciones mecánicas situaban a inusuales en el fondo de la parrilla. Carlos Sainz era uno y Lewis Hamilton otro. El madrileño ha firmado una remontada heroica para reconfortar al aficionado tifosi a pesar de saber que ya no tienen nada que hacer en este Mundial.

Remontaría desde la antepenúltima posición hasta la cuarta, mientras que Hamilton lo haría desde la penúltima hasta la quinta. No sería solo tarde de Verstappen, habría baile de adelantamientos a mansalva en cualquier rincón del trazado. La mancha de Monza, Alonso, que después de venir quejándose de que el Alpine no acababa de responder, ha tenido que levantar la bandera blanca y poner fin a una gran racha de 10 Grandes Premios puntuando.

Así pues, Verstappen llegará al GP de Singapur del próximo 2 de octubre con un cómodo cojín de 126 puños de ventaja. Ya solo hay que hacer números para saber dónde se producirá su alirón.