93 días. Este es el tiempo que ha pasado desde que el Eibar y la Real Sociedad disputaron el último partido de Primera División antes del parón por el coronavirus. El duelo de Ipurúa, celebrado el 10 de marzo, ya se disputó sin público en las graderías, señal inequívoca que la epidemia que empezaba a atemorizar a los ciudadanos de todo el mundo también alteraría el orden del deporte rey. Tres meses después, y en un contexto orwelliano de silencios, distancias incómodas y protocolos militares, la pelota ha vuelto a rodar. El escenario escogido ha sido Ramón Sánchez Pizjuán, uno de los feudos emblemáticos de la competición, y los protagonistas han sido los jugadores del Sevilla y el Betis (2-0). El fútbol ha vuelto y el clickbait ha pasado a mejor vida: lo siento, lo que leerás a continuación no te sorprenderá.

La ilusión por bandera

Sería muy fácil acusar a los futbolistas de ambos equipos de haber mostrado un tono físico indigno de Primera División. Al fin y al cabo, después de pasarse casi tres meses confinados hubiera resultado completamente comprensible. Lo cierto, sin embargo, es que en la primera parte el Sevilla y el Betis han ofrecido un espectáculo entretenido. Tanto, que por momento ha sido posible olvidar que en las siempre efervescentes graderías del Pizjuán no había ni un espectador.

Los hombres de Rubi han querido la pelota desde el primer momento –algo indiscutible para el entrenador catalán– pero quien ha conseguido controlar el partido ha sido el Sevilla. Así, los de Julen Lopetegui han podido marcar muy pronto, en el minuto 9, cuando Lucas Ocampos ha enviado la pelota a la cruceceta desde la banda derecha del área. El extremo argentino ha sido el mejor del partido.

Sevilla Betis minuto silencio sin public EFE

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Jules Koundé, en un servicio de córner sin distancias de seguridad, y Luuk De Jong, a centro de Munir, han podido batir a Joel minutos más tarde; pero sus remates han salido rozando el palo. El Betis, paralelamente, no conseguía conectar a Carles Aleñá, Sergio Canales y Nabil Fékir, sus hombres más dotados técnicamente. Y así, entre desacierto local y desconcierto visitante, Mateu Lahoz ha enviado los equipos a los vestuarios.

El Sevilla, muy superior

En la segunda parte, y aunque Rubi ha introducido a Zouhir Feddal con el fin de intentar contener al espigado De Jong, la realidad es que el Sevilla ha sido todavía más superior que el Betis. De hecho, cuando sólo se habían disputado diez minutos del segundo tiempo Marc Bartra ha puesto el brazo en el cogote del delantero holandés dentro del área y Mateu, hombre de pocas dubitaciones, ha señalado penalti. Desde la sala VOR, ya lo saben, no le han parado los pies: la intensidad del contacto es subjetiva y, por lo tanto, la decisión del árbitro va a misa. Ocampos ha batido a Joel desde los once metros y, aparte de encauzar el partido, ha marcado un gol que se recordará durante muchas décadas.

Sevilla Betis Fekir EFE

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Después de recibir la diana local, el Betis se ha descompuesto de manera alarmante y el Sevilla, en el minuto 61, ha marcado el segundo. El gol ha sido de Fernando pero el protagonista ha vuelto a ser Ocampos, quien lo ha habilitado con un gran toque de espuela en el primer palo para que el brasileño sólo tuviera que empujar la pelota. Durante la celebración no ha habido ningñun tipo de protocolo, eso seguro.

El resto del partido no ha sido memorable, precisamente. Lopetegui, con buen criterio, ha aprovechado la norma de los cinco cambios para construir una formación defensiva y Rubi, por su parte, ha pedido más valentía a sus hombres, pero la única ocasión clara ha llegado al minuto 69, |cuándo Borja Iglesias ha sido incapaz de enviar al fondo de la red una centro lateral.

Goles, polémica y pinceladas de fútbol de alta calidad. La Liga vuelve de la misma manera que se marchó. ¿Hemos visto un gran partido? Bien, quizás simplemente teníamos ganas de ver algún partido. Tal como están las cosas, no estamos en condiciones de ponernos exigentes.