El fútbol es una carrera inacabable donde está prohibido mirar atrás. Pocas horas después de la destitución de Ernesto Valverde, el Barça de Quique Setién se puso en marcha este martes con una doble sesión de entrenamiento, señal inequívoca que el técnico cántabro ha llegado para cambiar dinámicas preocupantes. El terremoto ha sido de los que se recuerdan durante años -más por las formas que por los hechos-, pero no hay tiempo para lamerse las heridas. El próximo domingo el Barça recibe al Granada y Setién querrá convencer al público del Camp Nou. Estas son las credenciales que los culés esperan del nuevo entrenador blaugrana.

Apuesta por la cantera

Las comparaciones son odiosas pero es evidente que este ha sido uno de los aspectos que ha condenado a Valverde. El técnico extremeño nunca se atrevió a apostar de manera firme por los jóvenes jugadores del plantel, hecho que quedó reflejado a la perfección con la cesión de Carles Aleñá al Betis. El futbolista de Mataró reclamaba minutos y la respuesta de Valverde fue situar a Ivan Rakitic y Arturo Vidal en la medular. Cuestión de jerarquías y no de talento. Para ser justos, sin embargo, hay que decir que el técnico sí que se atrevió a hacer debutar a un adolescente de sólo 16 años, Ansu Fati. Es cierto que no tenía alternativas por culpa de las lesiones, pero había que arriesgarse y Valverde lo hizo.

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A Setién, sin embargo, se le reclamará mucho más. En primer lugar, el cántabro tendrá que dar continuidad a Fati y Carles Pérez, dos extremos que, cuando han jugado, han dejado en evidencia a Ousmane Dembélé. El francés tiene talento innato y costó más de 100 millones, pero su interpretación del juego de posición es tan deficiente como el primer día. Si las dos promesas de la casa siguen mejorando las prestaciones del ex del Dortmund, a Setién se le pedirá que apueste por ellos sin contemplaciones.

Si hay un nombre que está en boca de todos los seguidores del Barça, sin embargo, este es el de Riqui Puig. El mediocampista de Matadepera debutó bajo las órdenes de Valverde, pero desde entonces su presencia en el primer equipo se ha limitado a los entrenamientos. Con la medular saturada, Valverde no pudo -o no consideró oportuno- darle minutos, hecho que podría cambiar drásticamente con Setién, un hombre que apuesta por el juego de posición de manera unilateral. Sin Frenkie de Jong y Arthur, que se perderán el partido contra el Granada, el interior catalán parece la única pieza disponible del club con capacidad para ordenar el equipo a través de pelota. Su titularidad sería un estímulo increíble para los aficionados.

El historial de Setién demuestra que no le tiembla el pulso cuando tiene que dar paso a los jugadores del B. En el Betis, por ejemplo, fue él quien hizo brillar futbolistas que después se han consolidado como Fabián Ruiz, Loren y también Junior Firpo, ahora en el Barça.

Juego atractivo

Setién no pudo ser más contundente: "Sólo garantizo que el Barça jugará bien". En el Camp Nou la circulación de la pelota se valora tanto o más que los títulos y lo cierto es que, por la idiosincrasia del club, los trofeos casi siempre han llegado cuando el juego ha sido alegre.

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Al Barça de Valverde sólo se le recuerdan dos exhibiciones, en Wembley delante del Tottenham y en el Wanda Metropolitano contra el Sevilla en la final de Copa. Si Setién quiere convencer en la parroquia culé deberá ser capaz de construir un bloque que convenza de manera regular. Situar el listón de las expectativas a la altura del Barça de Guardiola es injusto e irreal, pero la afición no perdonará actuaciones indignas como las que este curso han tenido lugar en Granada, Leganés, Dortmund o Praga. El técnico cántabro podrá ganar o perder -en el mundo del deporte es inevitable- pero si su equipo ofrece espectáculo nadie podrá recriminarle que no ha cumplido su palabra.

Para hacerlo, Setién tendrá que reinventar el Barça. La baja por lesión de Luis Suárez obligará al técnico a dibujar un equipo sin '9' puro, hecho que se podría traducir en un peso mucho más importante del centro del campo. El nuevo entrenador blaugrana no tendrá delantero centro pero sí jugadores para tratar bien la pelota: Sergi Roberto, Busquets, Arthur, De Jong, Griezmann y Messi podrían ser los grandes beneficiados.

La Champions

El juego atractivo es una prioridad, pero a nadie se le escapa que los culés quieren la Champions. El Barça hace cinco años que no consigue el máximo título continental, algo que no sería tan dramático si no fuera porque tres de las ediciones posteriores se las llevó el Real Madrid. Leo Messi no es eterno y la sensación que el club blaugrana lo está desperdiciando crece sin traba, especialmente después de los ridículos de Roma, primero, y de Liverpool, después, cuando Barça estaba en uno solo de la final soñada en el Wanda.

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Setién aterriza en un equipo clasificado para los octavos de final pero angustiado por el título que nunca llega. Si consigue certificar la clasificación para los cuartos de manera convincente, los miembros de su plantilla y los culés más pesimistas podrían recuperar la ilusión de ganar la sexta.