La Real Sociedad atraviesa uno de sus momentos más delicados en la presente temporada 2025. El proyecto deportivo, que aspiraba a consolidar al equipo en la élite europea, se ha visto sacudido por un inicio irregular que puso al técnico, Sergio Francisco, al borde del abismo. Si bien la directiva guipuzcoana mantiene la confianza en su entrenador, la situación ha derivado en un clima de tensión que exige decisiones drásticas. El reciente triunfo ante el Sevilla FC ha actuado como un bálsamo temporal, un “tiempo y margen” para respirar, tal y como reconoció el propio Francisco. Sin embargo, la calma es engañosa.

La cúpula de Anoeta, con Erik Bretos a la cabeza de la dirección deportiva, ha estado rastreando el mercado en busca de alternativas para el banquillo, un movimiento que evidencia las dudas internas. Según fuentes cercanas al club, la ausencia de un perfil que realmente encaje con la filosofía y la idea de juego de la Real ha sido, irónicamente, el salvavidas de Francisco. No obstante, el técnico ha dejado clara su posición: si continúa en el banquillo, exige el traspaso de Takefusa Kubo.

Kubo
Kubo

El rendimiento de Kubo no convence

La petición de Sergio Francisco no es casual. El rendimiento de Takefusa Kubo ha caído en picado, generando una incomodidad palpable en el club desde hace meses. El jugador, que en su momento deslumbró con su velocidad y capacidad de desborde, atraviesa su etapa más complicada. La combinación de molestias físicas recurrentes, especialmente en el tobillo derecho, su escaso protagonismo en los partidos cruciales y el desgaste acumulado por sus compromisos internacionales han precipitado una situación que, hasta hace poco, parecía impensable.

En las oficinas de Anoeta, el consenso es claro: el club ya no está obteniendo el rendimiento esperado de una de sus mayores apuestas ofensivas. El elevado salario de Kubo, sumado a su disponibilidad intermitente, ha convertido al futbolista en una carga económica y deportiva que empieza a pesar más de lo que aporta. Esta realidad, lejos de ser un mero rumor, ha impulsado a la Real Sociedad a valorar seriamente abrir la puerta de salida al japonés en el inminente mercado invernal. La Real Sociedad busca optimizar recursos y la venta de Kubo se presenta como la solución más inmediata para aligerar la masa salarial y desbloquear nuevas operaciones.

Take Kubo Real Sociedad
Take Kubo Real Sociedad

Pragmatismo txuri-urdin: vender a Kubo por 40 millones

El dilema deportivo se cruza con el financiero. A pesar de que la cláusula de rescisión de Kubo se había situado en torno a los 60 millones de euros, la Real Sociedad, en un ejercicio de pragmatismo, estaría dispuesta a aceptar una cifra significativamente inferior. Diversos medios y expertos en mercado de fichajes apuntan a que una oferta cercana a los 40 millones de euros podría ser suficiente para satisfacer las demandas del club vasco y cerrar este capítulo que consideran "insostenible". Esta devaluación respecto a su valor máximo refleja el deseo del club de actuar con rapidez.

El futuro inmediato de la Real Sociedad pende de un hilo. La continuidad de Sergio Francisco hasta el parón de noviembre parece asegurada, pero su exigencia sobre la salida de Kubo es un claro ultimátum. Vender al japonés, aunque suponga asumir una depreciación, es visto como el movimiento estratégico necesario para recuperar la solidez y coherencia en la gestión del club.