El FC Barcelona vive días decisivos en el centro del campo. La lesión de Pedri ha abierto un hueco gigantesco en el once, una oportunidad que debería haber sido oro para Marc Casadó, el mediocentro de la casa que lleva años esperando su momento. Disciplinado, tácticamente impecable y con una lectura de juego que enamora a los técnicos de La Masia, todo apuntaba a que esta sería su ventana para consolidarse. Sin embargo, los minutos no llegan y la paciencia del jugador empieza a agotarse.

El entorno de Casadó considera que aporta más equilibrio que Frenkie de Jong

Y es que en el vestuario y en su entorno más cercano se comenta que Casadó está convencido de que puede ofrecer más equilibrio defensivo que Frenkie de Jong cuando actúa como mediocentro. De este modo, el canterano entiende que su perfil es más posicional, más táctico, más disciplinado en esa zona tan delicada del campo. El equipo necesita orden, un ancla que se quede, que cierre, y no alguien que abandona la zona para conducir el balón hacia adelante. Esa es la comparación silenciosa que flota en el ambiente.

Marc Casadó Instagram (4)

La realidad es que el Barça, sin Pedri, está obligando a De Jong a actuar más como interior creativo, aprovechando su conducción y llegada. Eso libera por completo el sitio natural de un pivote puro. Y ahí debería entrar Casadó. Pero Hansi Flick no lo ve de ese modo. El técnico alemán, de carácter firme y jerárquico, ha optado por mover piezas antes que darle minutos al mediocentro del filial.

Flick no le da minutos y Casadó empieza a desesperarse

Y es que a pesar de que el equipo sufre sin un pivote definido —pierde equilibrio, pierde control y pierde rigor defensivo— Flick sigue sin mirar al canterano. Cada partido que pasa sin que Casadó caliente siquiera es una declaración silenciosa del técnico. El jugador siente que, haga lo que haga, no tendrá una oportunidad real para demostrar que está preparado.

La realidad es que la plantilla necesita un mediocentro puro. Casadó existe, está listo, está entrenando bien y está desesperado por demostrarlo. Lo tiene todo: disciplina, posicionamiento, equilibrio. Pero sin minutos, nada importa.

Así pues, si Flick no rompe esta dinámica, corre el riesgo de perder a un pivote que podría solucionar los problemas estructurales del equipo. Casadó solo necesita una cosa: jugar. Y el Barça necesita, más que nunca, un mediocentro.