Si todavía había alguna excusa para no confiar en los jóvenes, ahora uno de ellos tiene la gran oportunidad para demostrar su valía. Con la lesión de Frenkie de Jong, que se perderá el mes que queda de Liga, se le abren las puertas de par en par a Riqui Puig. Ahora, sin embargo, tendremos que ver si Quique Setién por fin le da confianza y oportunidades, y después si el centrocampista de Matadepera demuestra sus capacidades para ser importante en el Barça.
Setién baja la cabeza y cede
Cuando Setién llegó al Barça aseguró que quería seguir sus ideas y volver a ver un buen fútbol, pero de momento no ha sido así. El esquema con tres centrales duró muy poco. Los malos resultados y la incomodidad de la plantilla le obligaron a bajar la cabeza y ceder. Después, excusas por la falta de tiempo de preparación. Y ahora, con el empate en Sevilla, regresión al inicio de temporada.
Ernesto Valverde no engañó a nadie y con lo que tenía sacó el máximo rendimiento del equipo. Pero Setién llegaba al Barça para revolucionar el juego, tocar a vacas sagradas y apostar firmemente por los jóvenes. Hasta ahora, nada de nada.
FC Barcelona
El Barça necesita a Riqui Puig
Pero la lesión de De Jong abre un nuevo espacio que no habíamos visto en los pocos meses desde el cambio de entrenador. El juego de posición que tanto defiende Setién necesita futbolistas de toque, que entiendan el juego del Barça y que sepan qué hace falta para hacer disfrutar a los culés. Con De Jong y Arthur Melo la apuesta era clara, pero Arturo Vidal y Rakitic han tomado más protagonismo del inicialmente esperado.
Por este motivo, con la baja de De Jong, ahora toca mirar al banquillo y ver qué queda. Y allí aparece Riqui Puig, el único interior formado en la Masia y que conoce a la perfección qué predica el fútbol del Barça. Si Arturo Vidal y Rakitic tienen un juego más vertical y destructivo, en la oposición sólo queda encuentra Arthur, que precisamente no destaca por su regularidad física ni futbolística.
EFE
Riqui Puig se tiene que convertir en una pieza clave en el nuevo esquema del Barça. Faltado de centrocampistas creativos y capaces de dirigir la orquesta como pasaba en la época gloriosa con Xavi Hernández, hay que mirar a los jóvenes. Quique Setién tiene que atreverse y Riqui Puig no se tiene que esconder y debe demostrar su valentía.