El Barça ha superado al Real Madrid y lo ha hecho de la manera más dolorosa posible para el rival: siendo inferior. Lo cierto es que en la primera mitad y en gran parte del segundo tiempo los hombres de Solari han sido superiores al equipo de Valverde, pero aun así el marcador -como de costumbre en el Bernabéu- ha sido más que contundente a favor del Barça.

En la Ciutat Esportiva Joan Gamper tendrán motivos para hacer autocrítica. Su planteamiento después del gol de Luis Suárez ha sido nefasto y sólo Ter Stegen y el desacierto de Vinicíus han mantenido el resultado positivo en el marcador. Ahora bien, que el relato de la capital de España no transforme la realidad de lo qué ha pasado sobre el césped.

Sí, es cierto que el partido del Barça ha sido muy flojo, pero el fútbol, al fin y al cabo, se decide en las áreas. Modic y Kroos probablemente han sido superiores a Rakitic y Busquets, pero la diferencia no la ha marcado ninguno de los mediocampistas.

Mientras Vinícius ha fallado ocasiones de todo tipo, Ousmane Dembélé ha sido decisivo cada vez que ha tocado la pelota. Mientras Keylor Navas no ha detenido ni un disparo, Ter Stegen ha salvado su equipo cuando más lo necesitaba. Mientras Benzema ha perdonado el 1-0, Suárez ha hecho 2 goles y medio.

La derrota cocerá como nunca en el vestuario de Valdebebas porque los futbolistas saben que, a pesar de haber sido superiores al Barça, son un equipo inferior a su eterno rival.