Raphinha ha cerrado su participación con Brasil en el paréntesis internacional. El atacante ha jugado los últimos 30 minutos ante Bolivia en el Estadio Municipal de El Alto, situado a más de 4.100 metros sobre el nivel del mar. La selección brasileña ya tenía la clasificación para el Mundial asegurada, de manera que el partido no tenía ningún valor competitivo. Sin embargo, el extremo del Barça ha tenido que afrontar condiciones extremas: seis grados de temperatura, aire poco respirable y un ambiente hostil que ha afectado al rendimiento físico de todos los futbolistas que han participado.

Raphinha ya había destacado en el primer partido de este parón, en Maracaná contra Chile, en el que lideró el ataque, generó ocasiones clave y forzó jugadas de peligro que acabaron en gol. En Bolivia, aunque solo ha jugado los últimos treinta minutos, ha actuado en acciones de pelota parada y en la presión alta intentando cambiar el 1-0 adverso. Después del partido, el jugador ha mostrado su irritación: "Jugar a 4.000 metros de altitud para ganar un partido perjudica mucho a los equipos. Y después, en un partido equilibrado, el árbitro se ha inventado un penalti. Eso complica todavía más nuestro juego dentro del campo". Su frustración refleja el desgaste acumulado por el viaje transatlántico, el cambio horario y las condiciones. Mientras tanto, Vinícius Jr., Rodrygo y Militão fueron excluidos de estos compromisos, generando un claro contraste en el trato de los jugadores por parte de Ancelotti, exentrenador del Real Madrid.

"Los jugadores han hecho un esfuerzo enorme"

El seleccionador Carlo Ancelotti, en rueda de prensa, ha destacado la dificultad del duelo y el esfuerzo de los jugadores: "Ha sido un partido muy complicado, tanto por la condición física como por la técnica. Los jugadores han hecho un esfuerzo enorme". También ha reconocido los desafíos derivados de la altitud y las decisiones arbitrales: "El VAR ha intervenido en la jugada del penalti, y estas cosas se pueden mejorar". Brasil ha finalizado las eliminatorias sudamericanas en quinta posición, la peor de su historia en este formato, mientras Bolivia ha conseguido plaza de repesca gracias a la derrota de Venezuela ante Colombia.

En total, Raphinha ha acumulado 108 minutos entre los partidos contra Chile y Bolivia. El desgaste no solo ha sido por el tiempo jugado, sino también por el viaje, la adaptación al cambio horario y las condiciones extremas. Sin embargo, el jugador ha demostrado compromiso y profesionalidad. Ahora ya vuelve a Barcelona, con la mirada puesta al próximo partido de Liga contra el Valencia, que se jugará en el Estadi Johan Cruyff, intentando recuperarse del gran esfuerzo físico y mental que le ha dejado este paréntesis internacional.