La piratería se ha convertido en una amenaza silenciosa que pone en riesgo tanto la seguridad digital de los usuarios como la sostenibilidad del fútbol profesional. Esta fue la advertencia que hicieron el inspector jefe de la Policía Nacional, José Luis Gómez Pidal, y el director de la Oficina de Clubes de LALIGA, Jaime Blanco, durante una jornada organizada por Unidad Editorial para analizar el impacto del fraude audiovisual.

Ambos coincidieron en que el problema va mucho más allá del entretenimiento gratuito: compromete la seguridad de los usuarios a través de la sustracción de datos y mina la economía del deporte.

Gómez Pidal, con casi tres décadas investigando delitos tecnológicos, dijo que “hoy en día tiene mucho riesgo el tema de las descargas y de clicar en enlaces. La gente asume ese riesgo sin pensar en las consecuencias. Luego se preguntan por qué han sido víctimas de una estafa o de un phishing. Nada es gratis. La piratería ha conseguido en 15 años lo que no ha conseguido nadie: que paguemos por ella”, alertó.

El inspector recordó que “detrás de la piratería hay grandes organizaciones criminales que se están aprovechando de este doble rasero que tenemos como sociedad”. Su recomendación fue clara: no consumir contenidos ilegales bajo ningún concepto. “No solo afecta al usuario que puede sufrir un robo de datos o una estafa, sino también a nivel social: destruye ingresos y puestos de trabajo en España”, explicó.

En su intervención, Jaime Blanco puso el foco en la otra cara de la piratería: su impacto deportivo. “El daño es real. Si los ingresos por derechos de televisión bajan, los clubes pueden fichar menos jugadores, la calidad del equipo disminuye y se produce un efecto dominó en taquilla, patrocinios y resultados. Afecta directamente a la competitividad del campeonato”, señaló.

Según LALIGA, las pérdidas anuales por piratería rondan los 600 a 700 millones de euros, una cantidad que, según Blanco, “otra forma de verlo es que hasta 12 clubes de LALIGA EA SPORTS no ingresasen ni un solo euro por derechos de televisión”, subrayó. El directivo de LALIGA citó ejemplos concretos: “El fichaje de Antony por el Betis o la inversión del club en su nueva ciudad deportiva desaparecerían. El Celta o el Mallorca no habrían podido fichar. Y sí, un equipo puede llegar a descender por el impacto económico de la piratería, como ya ha ocurrido en Francia”.

Tanto Blanco como Gómez Pidal coincidieron en que la solución pasa por educar y concienciar. Porque, como recordó el inspector, “hasta que no ves un -3.000 € o -4.000 € en tu cuenta, no piensas ‘tenía que haber tenido cuidado con esto’”. La conclusión, compartida por todos los ponentes, es que la piratería no es un atajo, es un delito que termina saliendo caro a todos.

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