Xavi Simons se ha convertido en uno de los objetivos que el Barça tiene para el mercado veraniego. Han quedado gratamente sorprendidos con la progresión que ha mostrado desde que decidió firmar por el PSV Eindhoven, hace menos de un año, y ha hecho méritos para ganarse un traspaso a un conjunto más ambicioso. Joan Laporta tiene en la agenda al joven jugador nacido en el año 2003, que fue en su momento una de las grandes esperanzas de La Masía.

Nadie tenía dudas de que acabaría llegando al primer equipo, pero sorprendentemente optó por marcharse antes de firmar su primer contrato profesional, y sucumbió a la llamada del Paris Saint-Germain. Nasser Al-Khelaïfi le ofreció mucho dinero, y no pudo rechazar la propuesta, aunque acabó arrepintiéndose. Porque allí no tuvo las oportunidades deseadas, lo que provocó que en junio tomara la decisión de hacer las maletas.

Finalizaba su vínculo en el Parque de los Príncipes, y hubo muchos combinados interesados en hacerse con los servicios del internacional neerlandés. De hecho, uno de los rumores más comentados fue el que le colocaba de regreso al Camp Nou, y llegó a haber conversaciones muy avanzadas. Aunque no se consiguió llegar a un acuerdo por culpa de Xavi Hernández, que no le prometía una ficha en el primer equipo, y le obligaba a tener que comenzar en el filial.

Mateu Alemany, que era el principal valedor de Simons, se arrepiente de haber hecho caso al técnico de Terrassa, y ahora pelea por tratar de recuperarlo para el Barça. Para ello serían necesarios unos 30 millones de euros, una inversión que están dispuestos a realizar. Sin embargo, se han encontrado con un nuevo obstáculo, que tiene nombre y apellido: Pedri González. Y es que, debido a la presencia del canario, es complicado pensar que Xavi pueda ser un fijo en el once inicial.

Juegan en la misma posición, y el ex de la UD Las Palmas es una de las piedras angulares del proyecto.

A Pedri tampoco le hace gracia la incorporación de Simons

Además, a Pedri no parece hacerle mucha gracia la posible incorporación de Simons, que le pondría las cosas complicadas, y provocaría que tuviera más competencia y menos minutos. Laporta y Alemany tendrán que encontrar la manera de contentar a ambos, para que la operación acabe teniendo éxito.

Pero no hay duda de que se han topado con una barrera importante, que complica mucho las cosas.