Ernesto Valverde ha decidido que la mejor manera de paliar la baja de Luis Suárez era apostar por el 4-3-3 con Messi de falso 9. En este sistema, los extremos los ocupan dos jugadores antagónicos, Philippe Coutinho y Ousmane Dembélé.

El ex del Liverpool es académico, se sacrifica en defensa e incluso dicen que es un hombre de familia a quien no le gusta la fiesta. El francés, en cambio, es todo lo contrario. Sobre el terreno de juego es anárquico, tiene cara de no saber en qué día vive y destrozó la última casa donde vivió.

Coutinho es el yerno perfecto y la afición lo adora, mientras que Dembélé ha sido criticado por sus propios compañeros. Este domingo, sin embargo, las cosas han empezado a cambiar. El brasileño suma actuaciones muy discretas y sus disparos desde fuera del área parece que hayan pasado a mejor vida. Dembélé, en cambio, ha dado continuidad a su buena actuación en Eindhoven y ha sido clave en el gol de Piqué.

Quizás, al fin y al cabo, ni los buenos son tan buenos ni los malos, tan malos. Obviamente, el Barça debe intentar corregir la actitud del francés, pero no se puede permitir el lujo de matarlo antes de tiempo. Con resaca o no, Dembélé te puede decidir una eliminatoria de Champions.

Alba blanco y Miranda negro

Decían los que habían seguido la trayectoria de Ernesto Valverde que era un técnico de cantera. Según explicaban, era uno de esos entrenadores a los que no les tiembla el pulso a la hora de poner a un chico del plantel. Lo que no habían pensado, quizás, es que en el Athletic Club Valverde no tenía más remedio que mirar hacia abajo.

El día que Carles Aleñà se ha estrenado en Primera División sería muy fácil alabar la figura del técnico extremeño. Las cosas, sin embargo, no son tan sencillas.

Se habían jugado 60 minutos de partido cuando Jordi Alba ha chocado con Samuel Chukwueze y ha quedado totalmente grogui. La cara del lateral, literalmente, se ha teñido de color blanco, pero aun así ha acabado jugando los noventa minutos. El canterano Juan Miranda, su teórico suplente, miraba desde el banquillo.