Donald Trump está como un niño pequeño con zapatos nuevos jugando a reformar la Casa Blanca para incorporar una estética personalizada alineada con su peculiar gusto recargado y hortera. El presidente de los Estados Unidos está transformando la residencia presidencial con decisiones que han generado debate por el impacto en la tradición y el uso de fondos privados para ejecutar estas obras. La última reforma ha sido la del histórico baño Lincoln, un espacio simbólico que lleva el nombre del decimosexto presidente de los Estados Unidos y una de las figuras más admiradas de la historia estadounidense, y que está situado al lado del famoso dormitorio Lincoln, que fue utilizado originalmente como despacho personal durante su presidencia en el siglo XIX (1961-1865). Este baño se utiliza actualmente para invitados de honor, y Trump ha querido reformarlo completamente, alegando que el baño originalmente renovado en la década de 1940, con un estilo art déco de azulejos verdes, que él consideraba totalmente inadecuado para la época de Abraham Lincoln. El presidente saca pecho en una pilada en su red social de haber hecho una reforma utilizando “mármol estatuario pulido en blanco y negro", con elementos dorados. Este estilo era muy apropiado para la época de Abraham Lincoln y, de hecho, ¡podría ser el mármol original!, afirma Trump, que añade dos imágenes comparativas, de cómo era antes el baño, y cómo ha quedado ahora.

Pero no contento, el presidente ha seguido colgando un montón de fotografías del remodelado baño, que además del cargado mármol, incorpora todos los detalles metálicos en color dorado, desde la papelera hasta los grifos, el marco del espejo, los apliques de las luces, los colgadores o la cajita de las toallas. Una reforma que pretende dar un aire más lujoso, en la línea con el estilo que Trump prefiere y que sigue el que tiene en su residencia de Mar-a-Lago de Florida. Este estilo contrasta con el más sobrio de estilo art déco que había antes, con los azulejos de las paredes de color verde menta con una cenefa de color blanco, en conjunto con los sanitarios, y todos los elementos metálicos de color cromado que tenía el baño desde su gran actualización en la década de 1940 durante la administración de Harry Truman, y que fue considerado muy moderno para aquella época. 

Esta reforma ha sido la última de toda una serie de cambios que Trump ha impuesto en la Casa Blanca desde su llegada a principios de año, y que han sido muy mediáticos. El primer cambio que hizo fue cuando ordenó talar un árbol de 200 años de la Casa Blanca, el Jackson Magnolia, y en su lugar plantó otro árbol, descendiente de aquel, que bautizó como MAGAnolia, en homenaje a su lema Make America Great Again (MAGA). Después pavimentó con asfalto el césped de la Rosaleda de la Casa Blanca, un espacio emblemático diseñado originariamente por Jacqueline Kennedy, para mejorar la logística de los eventos protocolarios, hecho que también provocó críticas por alterar el entorno histórico y natural. También incorporó unos mástiles de bandera monumentales de 30 metros de altura en los jardines norte y sur, hechos de acero galvanizado, diseñados personalmente por Trump, que supervisó su instalación, y que pagó de su bolsillo, con un coste aproximado de 50.000 dólares por mástil. Otro de los cambios más visibles fue el del Despacho Oval, que ha redecorado con ornamentaciones recargadas de tonos dorados, como águilas en las mesitas, espejos de estilo rococó dorados en las puertas, y pequeños querubines dorados traídos de Mar-a-Lago. También ha triplicado el número de cuadros colgados en las paredes, con pinturas y retratos que llenan prácticamente todos los espacios visuales. 

Otra extravagancia de Trump fue el derribo hace unos días del ala este de la Casa Blanca para construir un salón de baile que cuesta casi 300 millones de dólares -que pagará el mismo Trump y otros donantes patriotas- y que servirá para acoger grandes fiestas y recibir a las visitas de Estado. Con este objetivo también renovó el interior del Centro Kennedy para las Artes dentro de la Casa Blanca, con la incorporación de mármol, nuevos asientos, alfombras de lujo y otras mejoras destinadas a embellecer y modernizar los espacios para eventos oficiales.