Caos en el corazón de África. La presidenta de Tanzania, Samia Suluhu Hassan, ha sido reelegida con un abrumador 97,66% de los votos, según los resultados oficiales anunciados por la Comisión Electoral Nacional Independiente (INEC). Pero detrás de esta victoria casi total hay un contexto de represión, censura y acusaciones de fraude electoral masivo que han dejado centenares de muertos y miles de heridos en el país. Las elecciones generales, celebradas el 29 de octubre, han sido marcadas por protestas violentas y la exclusión de los principales líderes opositores. Los medios locales africanos, los partidos opositores y fuentes sanitarias hablan de al menos 815 muertos durante los días previos y posteriores a los comicios tanzanos. Durante todos estos días, el gobierno ha mantenido cortadas las comunicaciones, internet y el suministro eléctrico, que solo se restablecieron brevemente durante el anuncio de los resultados antes de volver a ser interrumpidos.
Samia Suluhu Hassan, de 65 años, se presentó como candidata del Partido de la Revolución (CCM), formación que gobierna Tanzania de manera ininterrumpida desde la independencia en 1961. Sus dos grandes rivales quedaron fuera de la carrera electoral: Tundu Lissu, líder de Chadema, está en prisión desde abril acusado de traición, y Luhaga Mpina, del ACT-Wazalendo, vio cómo su candidatura era rechazada por las autoridades. El resto de los dieciséis candidatos eran figuras menores sin opciones reales. Este contexto convirtió las elecciones en una “coronación” más que en una competición democrática, según analistas locales e internacionales. Observadores independientes y organizaciones de derechos humanos, como Amnistía Internacional, han denunciado secuestros, detenciones arbitrarias y ejecuciones extrajudiciales durante las semanas previas a la votación.
Tanzania 🇹🇿
— Africa Today Media Group (@africatodayMG) October 31, 2025
Son las 9:15 PM en Tanzania, y todo el país está en la oscuridad. Sin electricidad, sin internet y la mayoría de las estaciones de radio han sido cerradas.
Hay arrestos masivos por todas partes en Tanzania. Hasta ahora, 816 personas han perdido la vida.
Mañana, la gente está planeando… pic.twitter.com/6nxl95Xany
Represión, censura y muertes en la calle
Las protestas estallaron días antes de las elecciones y se extendieron por todo el país, especialmente en las grandes ciudades como Dar es Salaam, Arusha y Mbeya. La policía y el ejército se desplegaron para contener las manifestaciones con una violencia completamente desproporcionada, mientras el gobierno bloqueaba el acceso a internet, electricidad e imponía toques de queda. Según testimonios recogidos por medios internacionales, muchos hospitales recibieron centenares de cadáveres y heridos, pero el temor a represalias impidió que el personal médico facilitara datos públicos. “Dejad de matar a nuestros manifestantes”, reclamaba John Kitoka, portavoz del partido Chadema, en declaraciones a la prensa. Desde Ginebra, el portavoz de derechos humanos de la ONU, Seif Magango, pidió al gobierno tanzano que “se abstenga de utilizar fuerza desproporcionada” y que respete el derecho a la protesta pacífica.
Tanzania 🇹🇿
— Africa Today Media Group (@africatodayMG) November 1, 2025
El primer anuncio oficial que llegó desde el interior de Tanzania.
Se cortó internet y la electricidad, excepto durante el anuncio de los resultados. Después del anuncio, volvieron a cortar la electricidad e internet. https://t.co/2DPeANESFo pic.twitter.com/Gjl5PUkZp0
Una esperanza de cambio frustrada
Cuando Samia Suluhu Hassan llegó al poder en 2021, tras la muerte repentina de su predecesor John Magufuli, fue recibida como una posible figura de transición hacia una Tanzania más abierta y dialogante. Levantó la prohibición de los mítines políticos y permitió el regreso de algunos exiliados, como Tundu Lissu. Sin embargo, las promesas de reforma se han evaporado, y hoy su gobierno es acusado de haber instaurado una represión sin precedentes. Un informe reciente del Grupo Internacional de Crisis señala que el gobierno de Hassan ha restringido la libertad de expresión, bloqueando redes sociales como X y persiguiendo a periodistas y activistas. El partido gobernante CCM, con vínculos históricos con el Partido Comunista Chino, continúa fusionado con el aparato del Estado, controlando la seguridad, la justicia y los medios públicos.
Profundamente preocupado por la situación en Tanzania, incluyendo informes de muertes y heridos durante las manifestaciones.
— António Guterres (@antonioguterres) October 31, 2025
Hago un llamamiento a todos a ejercer la moderación, rechazar la violencia y entablar un diálogo inclusivo y constructivo para evitar una mayor escalada.
La @ONU está dispuesta a apoyar los esfuerzos…
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha expresado su “profunda preocupación” por los informes de muertes y ha instado a un “diálogo inclusivo para evitar una mayor escalada”. Los gobiernos del Reino Unido, Canadá y Noruega también han pedido a Tanzania “máxima moderación y respeto por los derechos humanos”, citando informes “creíbles” de un gran número de víctimas. Mientras tanto, en Tanzania, la calma aparente de estos días es engañosa: las fuerzas de seguridad continúan en las calles, los opositores permanecen encarcelados u ocultos, y la presidenta Hassan ha consolidado su poder absoluto con casi el 98% de los votos, una cifra que para muchos es sinónimo de fraude, no de victoria.