A estas alturas de la carrera de Gerard Piqué, si el central no cuelga las botas en el FC Barcelona será una sorpresa mayúscula. A sus 35 años, y después de 13 temporadas en el primer equipo después de volver a Barcelona desde el Manchester United, se vislumbra el final de una trayectoria difícilmente mejorable, tanto con el Barça como en el fútbol de selecciones.

Piqué en el City, algo absolutamente inviable

Piqué lo tiene todo. Juega, y muy bien, en el club de su vida, donde ha ganado todos los títulos posibles, y tiene a su familia cerca, por lo que es el contexto ideal para, como ha hecho siempre, rechazar todas las ofertas que han llegado desde otros equipos.

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Gerard Piqué, jugando un partido con el Barça / Europa Press

Porque, como absolutamente todos los futbolistas del planeta, y los grandísimos jugadores como él, todavía más, ha tenido ofertas. Y aunque el interés de la Premier League siempre ha estado ahí, siempre ha reiterado su deseo de seguir vinculado al club de su corazón. Y, si hay algún equipo que tiene claro que no podrá fichar nunca a Piqué es el Manchester City.

Por mucho que su entrenador sea Pep Guardiola, que sacó la mejor versión de Gerard Piqué en el Barça, el jugador blaugrana no quiere ni mirar al Etihad Stadium por dos motivos. Uno, porque en Europa, solo tiene ojos para el Barça, y si no se retira en el Barça, su próximo equipo no será en Europa.

Seguirá en Barcelona hasta que quiera

Si eso sucediera, buscaría un retiro dorado fuera del viejo continente, algo que, de rebote, podría utilizar para rentabilizar todavía más sus negocios externos al fútbol. Y el segundo motivo es claro, Piqué no es un traidor. Y si jugara aunque sea un minuto enfundado en la elástica citizen, eso dolería y mucho a la que fuera su afición, la del Manchester United.

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Piqué, en la final de la Champions de 2011, jugando contra su ex equipo, el Manchester United / FC Barcelona

Aunque solo llegó a jugar 23 partidos con los Red Devils, Piqué guarda un profundo respeto por el que fuera su club y quién le abrió las puertas del fútbol profesional y de un nuevo país. Por todo esto, el City nunca fue una opción, y no lo será nunca. 

El 3 blaugrana siempre ha dicho que quiere colgar las botas siendo importante, y no quiere verse relegado a un papel residual. Ahora sigue siendo vital, e incluso en Nápoles lo redondeó con uno de los cuatro goles, demostrando que sigue teniendo cuerda para rato. Y no va a ser el Barça quién ponga trabas a su continuidad, así que esa cuerda seguirá atándole al Camp Nou hasta que él quiera.

 

Imagen principal: Gerard Piqué celebra un gol con el Barça ante el Dinamo de Kiev / EFE