6 partidos a Rüdiger, 2 a Lucas Vázquez e indulto para Jude Bellingham. Estas son las decisiones del juez único de competición de la RFEF por las 3 expulsiones de jugadores del Real Madrid en la final de la Copa del Rey, unas sanciones que, puestas en contexto, equivalen a nada.
Rüdiger, lesionado de gravedad en la rodilla, cumplirá la sanción en la enfermería durante las 5 últimas jornadas de Liga, por lo que solo se perderá la 1ª jornada de la próxima edición. Lucas Vázquez, por su parte, podrá terminar la Liga y se perderá las 2 próximas eliminatorias de la Copa del Rey, aunque tiene todos los números para salir del equipo en verano. Y Bellingham, la única baja real que podría afectar a Carlo Ancelotti, ha salido indemne, tarjeta roja suprimida o, lo que es lo mismo, que el juez ha desautorizado a De Burgos Bengoetxea.
Rüdiger y Lucas Vázquez, sanciones invisibles
La sanción para Rüdiger ya se sabía que sería dura, ya que el central alemán le lanzó un objeto al árbitro desde el banquillo, como explicó el árbitro en el acta. “En el minuto 120 el jugador (22) Rüdiger, Antonio fue expulsado por el siguiente motivo: Por lanzar un objeto desde el área técnica sin llegar a alcanzarme. Tras ser enseñada la tarjeta roja, tuvo que ser sujetado por varios miembros del cuerpo técnico, mostrando una actitud agresiva”. La sanción estaba entre los 6 y los 12 partidos, por lo que el castigo ha sido el menor posible.
Lucas Vázquez, por su parte, fue expulsado por hacer gestos de disconformidad cuando estaba en el banquillo, entrando dentro del terreno de juego. En su caso, la sanción era una incógnita, 2 partidos que le afectarán poco.
Bellingham, indultado, se queda sin sanción
La decisión más sorprendente es la que hace referencia a Jude Bellingham, pieza fundamental para Ancelotti que, además, es reincidente, ya que ya fue expulsado en un partido de Liga, contra Osasuna, por el famoso “fuck you” o “fuck off”, según quién interpretara sus labios. En Sevilla, el inglés fue expulsado, con el partido ya terminado, por mostrar una actitud agresiva ante los colegiados, hasta el punto de tener que ser contenido por diversos compañeros, explica el árbitro.
“Las imágenes aportadas acreditan una realidad distinta a la relatada en el acta arbitral, ya que ni hay proximidad al colegiado, ni se observa una actitud agresiva, ni puede apreciarse que lo sujetaran sus compañeros para evitar una acción agresiva dirigida al árbitro”, expone el juez único de competición de la RFEF. Bellingham, pues, se queda sin tarjeta y sin sanción.